Este arzobispo de Madrid nacido en la localidad jienense de Sabiote ha pasado por La mañana de Andalucía para dar los detalles sobre la elección del nuevo Papa y los retos que tiene que asumir, descartándose de paso de la carrera por ser sumo pontífice.
La mañana de Andalucía ha querido profundizar en lo que se avecina tras la muerte del Papa Francisco, la elección de su relevo y para ello ha contactado con un andaluz que va a ser testigo directo porque está entre los 133 que en Roma son candidatos a Papa y a la vez electores del nuevo sumo pontífice. Se trata del jienense de Sabiote, el cardenal José Cobo, actualmente arzobispo de Madrid.
Cobo augura "cierta continuidad", teniendo en cuenta que "cada Papa aporta lo específico, pero en la Iglesia no hay grandes saltos, sin trabajos estratégicos que van calando". En este sentido, asegura en cuanto al pontificado de Francisco que ha sido "de siembra y nos daremos cuenta con el tiempo de las reformas que no se han visto pero que han aportado un paso adelante para conducir a la Iglesia del futuro".
En cuanto al debate entre un Papa progresista como se ha identificado a Francisco, o un Papa conservador, Cobo sostiene que "es difícil saber qué va a pasar". Pero sobre esos términos ha querido puntualizar que aunque "en la Iglesia también los estamos empleando", ha recordado en palabras del Papa Benedicto XVI que "para la Iglesia lo contrario de conservador no es progresista, es el misionero. La Iglesia siempre conserva porque partimos de la tradición, pero miramos al futuro como en la misión y eso es lo que nos hace progresistas".
Abundando en el perfil del nuevo Papa, este cardenal andaluz vaticina a "alguien enamorado del Concilio Vaticano II que sea valiente como los últimos papas para afrontar los grandes retos de la Iglesia y del mundo". No obstante, no augura un cónclave corto: "Este Papa ha puesto una diversidad enorme, así que preveo un cónclave un poco más largo. En todos los cónclaves hay mucha discusión y los mayores dicen que cada votación tiene giros impredecibles".
En este sentido, y a sus todavía 59 años, se ha descartado porque aunque la edad considera que "no es la cuestión primordial", admite que "los papados excesivamente largos no son convenientes, así que creo que sí, que hay que descartar a un Papa de menos de 60 años".