Los partidos de rivalidad se estrenaron en 1907.
Las circunstancias que rodean a este nuevo Betis-Sevilla lo hacen un derbi diferente y casi único en la historia de los eternos rivales sevillanos. Una historia en la que ha ocurrido de todo.
Es el Betis Sevilla número cincuenta en primera división que se juega en el estadio Benito Villamarín. Eso quiere decir que el partido del próximo mes de marzo será el derbi centenario en primera. Los partidos de rivalidad se estrenaron en 1907 y en liga, en la temporada 1928-29, aunque ambos jugaban entonces en segunda división. Nunca dejó de disputarse, salvo en la guerra civil y claro está, cuando ambos han militado en diferentes categorías.
Es el segundo derbi en pandemia, el primero amenazado directamente por el coronavirus y el tercero sin público, si contamos el incidente de 2007 cuando la última media hora se jugó a puerta cerrada en Getafe por el botellazo recibido por el entonces entrenador sevillista Juande Ramos. El Betis-Sevilla es una fiesta más de esta ciudad y la única que se mantiene porque se han caído de su calendario festivo la semana santa, la feria y el corpus. Se juega, pero se hace extraño por la falta de participación del público antes, durante y después del partido
Es el quinto derbi con VAR, pero todo será distinto en esos otros bares, donde la distancia social convierte el ambiente, además de distante, en frío e irreconocible. El de esta tarde es un derbi único y diferente en la historia, aunque siga siendo, en cierto modo, el derbi de siempre.