Para que superen el trauma de unos viajes en los que han arriesgado sus vidas y muchas veces han visto morir a compañeros.
Una iniciativa de varias ONG canarias busca utilizar la natación como un vehículo para volver a reconectar a los migrantes con el mar a través de cursos de natación. El objetivo es que los supervivientes de la ruta canaria superen el trauma de unos viajes en los que han arriesgado sus vidas y muchas veces han visto morir a compañeros.
Para muchos de estos jóvenes el mar fue su vía de salida, su angustia y su liberación; para otros, en cambio, fue el final. En la playa de las Teresitas de Tenerife varias ONG quieren que chicos y mar hagan las paces.
Una reconciliación con el agua que en este caso es fundamental, según Francisco Navarro, de ACCEM Canarias, para unas personas que siguen viviendo rodeados de agua.
Por cuarto año estos supervivientes de la ruta migratoria a Canarias reciben un curso llamado Proyecto Agua, que en verano se imparte en Tenerife y en invierno en Sevilla. Quince grupos por semana, en los que hay de todo, niños, adultos, conocedores y novatos.
Jorge Balcazar, de Proemaid, explica que trabajan más o menos unos 15 grupos durante la semana, intentando formar diferentes niveles para trabajar a nivel particular, ya que muchos tienen miedo al agua y otros se defienden, aunque no conocen bien las técnicas de respiración y los estilos. Pocas ganas tendrán de repetir la ruta, pero ahora al menos cambiará su opinión del mar.