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"Todo comenzó con un sueño": Blas Infante "revive" en Canal Sur

Con Inteligencia Artificial y el apoyo de su Fundación, Blas Infante cobra vida en el Parlamento andaluz que soñó, en su ámbito familiar o en su actividad política como la Asamblea de Ronda que soñó. Su nieto Javier Delmás da voz a algunos de sus pensamientos.

CANAL SUR MEDIA 28 February 2025

Con motivo del 28 de Febrero, Día de Andalucía, los Servicios Informativos de Canal Sur han logrado darle vida con Inteligencia Artificial y el apoyo de su Fundación a Blas Infante, el padre de la patria andaluza, contando con la voz de su nieto, Javier Delmás. La última tecnología en Inteligencia Artificial nos permite esto: Blas Infante cobra vida en el Parlamento andaluz. Junto al político y abogado malagueño vamos a visitar este lugar emblemático. ¿Qué sentiría al verlo? ¿Qué pensaría después de haber soñado toda su vida con la autonomía andaluza?

Blas Infante ha visto su sueño hecho realidad gracias a la IA. Ha recorrido este salón de plenos, el lugar depositario de la máxima expresión de la voluntad del pueblo andaluz. Impresiona ver al padre de la patria andaluza recorrer estos escaños que hoy ocupan los diputados andaluces. Probablemente, en innumerables ocasiones imaginó cómo sería un lugar así, un lugar en el que representantes del pueblo andaluz debatirían sobre los problemas de los andaluces, el objetivo último que persiguió durante su vida.

Este hombre de apariencia sencilla, austero en sus maneras, no demasiado alto, al que siempre, en todas las fotos que tenemos de él, lo hemos visto vestido de traje, a veces con anteojos, otras con gafas, es considerado el precursor de la lucha por el autogobierno que representa nuestro Estatuto de Autonomía. Así lo reconoció el Parlamento andaluz el 14 de abril de 1983. Se rescató del olvido su preocupación por los jornaleros, su defensa de la existencia del pueblo andaluz y el conocimiento de su Historia para alcanzar su emancipación.

Y buena parte de su legado se custodia en la biblioteca del Parlamento y queda maravillado de lo que ve. Este lugar, silencioso y repleto de saber, atesora la obra esencial de Blas Infante, El Ideal Andaluz. Infante se acerca la vitrina en la que está expuesto el libro. Lo extrae y, mientras, ojea sus páginas, y toma asiento. "Existe un ideal para Andalucía. Andalucía existe; y es capaz de realizar ese ideal; imponiendo el matiz de su genio en el triunfo del Progreso español”.

Con ayuda de la IA estamos conociendo un poco mejor a Blas Infante ¿Cuál fue su recorrido vital? ¿Cómo se formó intelectualmente? Y ¿cómo era en la intimidad de su hogar? ¿Con sus hijos? ¿Con su esposa María Angustias? Ese viaje lo hacemos repasando fotografías que nos ha cedido para este programa la Fundación Blas Infante. Hemos seleccionado algunas y las hemos tratado con IA para dotarlas de color y movimiento, en definitiva, para dotarlas de vida.

Lo vemos como notario, en una imagen con sus clásicas lentes en la mano. Y en plena actividad política en otra fotografía tomada en la importante Asamblea de Ronda de 1918. Desde la Casa de la Alegría en Coria del Río a pocod días antes de que fuera asesinado. Lo vemos con su hijo Blas en el Parque de María Luisa en Sevilla. Allí también se fotografió con su hija Alegría, y junto a esa misma fuente, la de las ranas, se hizo otra, como decimos, la última imagen del padre de la patria andaluza con vida.

Blas Infante fue abogado y notario. Ejerció en Casares; Cantillana; Coria del Río o Isla Cristina. Precisamente, en esta localidad de la costa de Huelva se hizo una foto con un zorro en su despacho. Blas Infante llega a Isla Cristina en 1922.?Su intensa actividad cultural, industrial y pesquera, muy alejada de la Andalucía agraria que conocía, impacta positivamente en él. Allí conoce a intelectuales como Ortega y Gasset, Alejandro Guichot o Manuel Siurot y desarrolla una fecunda actividad cultural.

Es una etapa feliz en la vida de Blas Infante y su esposa Angustias García. Nacen sus dos primeras hijas, Luisa y María de los Ángeles, con quien lo vemos pasear, o con su madre y otra de sus hijas, la pequeña Alegría. Infante viaja a Portugal, Galicia y Marruecos —a visitar la tumba del rey andalusí Al Mutamid—, y tiene lugar el capítulo del zorro Dimas: Blas Infante rescata una cría de zorro de manos de unos cazadores, a la que acoge en su propia casa.

Isla Cristina dejó una huella imborrable en Blas Infante y su familia, que en 1930 se traslada aquí, a Coria del Río. En este pueblo, muy cerca de la ciudad de Sevilla, construye la Casa de la Alegría, pero esa... es otra historia.

Sevilla recibe a la familia Infante en medio de un enorme ajetreo político y con la llegada de la II República. En Coria del Rio, el padre de la patria andaluza, mantiene su actividad intelectual y política, pero también comparte con sus vecinos la vida en el pueblo. Así, es fácil verlo reunido con amigos en la antigua Venta del Tuerto, hoy llamada Los Claveles, o en un descanso durante la construcción de la Casa de la Alegría con vecinos y trabajadores.

Ahora, gracias a la Inteligencia Artificial, y siguiendo los testimonios de sus familiares, además del trabajo de investigación histórica posterior, vamos a recrear dos escenas fundamentales que tuvieron lugar aquí y que hicieron realidad dos símbolos fundamentales de la autonomía andaluza: nuestra bandera y el himno de Andalucía. Blas Infante camina a través de la galería de su casa hacia la habitación en la que su esposa repasa la bandera andaluza escuchando uno de los discos de Antonio Machín propiedad de Infante. Posteriormete, se sienta al piano, se atenúa la música del gramófono y toca las primeras notas del himno de Andalucía. Al mismo tiempo, escribe en un papel parte de la letra: “Andaluces levantaos”.

Esta casa, en la que Infante desplegó la iconografía islámica que había conocido durante sus viajes por Andalucía y Marruecos, fue la última residencia del político malagueño. Aquí, Angustias, su esposa, custodió la bandera que ella misma tejió en 1919 siguiendo el diseño aprobado en la Asamblea de Ronda un año antes, verde omeya, blanco almohade, el mismo verde de la campiña, el mismo blanco de sus pueblos, blanco de paz y verde de esperanza. Angustias la mantuvo en buen estado, reparando los desperfectos causados por el paso del tiempo. El símbolo más popular de nuestra autonomía permaneció oculto durante los cuarenta años de dictadura franquista. Pero el 4 de diciembre de 1977 encabezó la manifestación en Sevilla, representando el anhelo de millones de andaluces por alcanzar la autonomía.

Blas Infante era un gran aficionado a la música. De hecho, a lo largo de su vida, Blas Infante atesoró una importante colección de libros, revistas y discos. Disponía de un gramófono, y aun se conservan medio centenar de discos de pizarra, una colección inusual para la época. Era un estudioso del flamenco, un amante de la música clásica y un enamorado de la música andalusí.

En enero de 1933 su inquietud hacia la música le sirvió para completar la composición del himno de Andalucía. Infante se inspiró en un canto cristiano que entonaban los jornaleros andaluces durante su trabajo en el campo conocido como Santo Dios. Lo escuchó en pueblos como Archidona o Cantillana, lo anotó y esa melodía se convirtió en el himno andaluz. Ese año la Junta Liberalista de Andalucía publicó un díptico con la letra y la partitura, y fue interpretado por la Banda Municipal de Sevilla, bajo la dirección de José Castillo que adaptó y armonizó la partitura, en un concierto celebrado en la Alameda de Hércules el 10 de julio de 1936, un mes antes de su asesinato.

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