Tras seis meses de trabajo para hacer los miradores más seguros a las visitas.
Las obras de la torre cumplen una década. Ahora se está a la espera de recibir los permisos para la renovación del interior del cuerpo de campanas. Por último, se actuará sobre el Giraldillo.
La Giralda de Sevilla, uno de los monumentos más simbólicos de la ciudad, estrena en sus 25 balcones las llamadas rejas 'invisibles', de mínimo impacto visual.
Desde el exterior, el cambio es inapreciable. Pero en su interior, las ventanas del tramo almohade de la torre lucen estas nuevas rejas invisibles que permiten ver Sevilla con todo su esplendor y sin los riesgos que implicaban las anteriores, como explica Eduardo Martínez Moya, arquitecto de la Giralda.
Se quiere así eliminar la posibilidad de accidentes. Han sido seis meses trabajando de noche, sin interrumpir las visitas de los más de 2 millones de turistas anuales que recibe este monumento Patrimonio de la Humanidad.
Es una de las novedades de las obras de reforma del alminar, que cumplen ahora su décimo año. Son obras sufragadas con el dinero de las entradas de sus millones de visitantes, sin ayudas ni subvenciones, según destaca Marcelino Manzano, canónigo portavoz del Cabildo Catedra.
Finalizados los 25 balcones, 6 en cada una de las caras Oeste, Norte y Sur, y 7 en la del Este, se está a la espera de recibir los permisos para iniciar la renovación del interior del cuerpo de campanas. Por último, se actuará sobre el Giraldillo, la gran veleta que corona la torre.