Demuestran que el cerebelo aprende de errores, corrige y prevé una mejor reacción.
El trabajo ha sido publicado en la revista Npj Science of Learning.
Abre nuevas perspectivas para la investigación neurocientífica y el desarrollo de terapias para trastornos neurológicos.
Un grupo de investigación de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla ha revelado el proceso continuo de aprendizaje en el cerebelo, de modo que durante toda la vida sigue la adquisición, almacenamiento, temporización y ejecución de un aprendizaje motor.
El trabajo, publicado en la revista Npj Science of Learning, abre nuevas perspectivas para la investigación neurocientífica y el desarrollo de terapias para trastornos neurológicos que tienen su origen en esta zona del cerebro.
El cerebelo es crucial en la coordinación y precisión de actos motores, ya que ayuda a ajustar y mejorar la ejecución de tareas motoras complejas, y, de hecho, ha sido considerado clásicamente una estructura muy importante en la adquisición, almacenamiento, temporización y ejecución de un aprendizaje motor.
Este descubrimiento redefine la comprensión del aprendizaje como un proceso dinámico y constante en el cerebro, como ha demostrado el equipo de investigación de la División de Neurociencias de la UPO, que ha desentrañado los secretos funcionales del núcleo interpositus (IPn) (un cúmulo de neuronas, o células nerviosas, situado en el sistema nervioso central) del cerebelo.
Contrario a la creencia convencional de limitar la comprensión del aprendizaje a su adquisición, almacenamiento o recuperación, este estudio sugiere que el aprendizaje es un estado funcional continuo.
Para desarrollar la investigación se contó con conejos, registrando la actividad de las neuronas del IPn mientras estos animales llevaban a cabo tareas de aprendizaje asociativo, trabajando los investigadores en dos estímulos distintos: uno de sonido que no produce el cierre del ojo y otro de soplido que sí, señalando que cuando escuchaba el sonido su tendencia era el cierre de párpado.
Esto sugiere que las neuronas del IPn generan “predicciones” que optimizan en tiempo y forma la respuesta condicionada del parpadeo”, es decir, parpadear antes de recibir el soplo de aire”, según expone Rocío Leal, una de las investigadoras.
Además, han descubierto que, contrariamente a lo que se creía, el cerebelo opera bajo reglas bayesianas, es decir, que actualizamos nuestras creencias sobre una hipótesis a medida que obtenemos una nueva evidencia.
Se trata de un avance que podría tener implicaciones significativas en campos que van desde la neurología clínica hasta la inteligencia artificial inspirada en el cerebro.