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Fallece el hombre de 74 años al que se le cayó la rama de un árbol del Alcázar

La madrugada de este viernes ha fallecido en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Virgen del Rocío el varón de 74 años herido de gravedad el pasado 16 de mayo, al caer sobre él una rama de gran tamaño cuando paseaba por el patio del León del Real Alcázar, propiedad del Ayuntamiento de Sevilla, en el marco de una visita promovida desde el distrito Macarena del propio Consistorio.

3 agosto 2018

Este hombre ingresó en la UCI el 16 de mayo con un traumatismo torácico, vértebras rotas y costillas dañadas a cuenta del impacto sufrido. El impacto también le afectó al pulmón, generándole dificultades para respirar. Durante su estancia en el hospital, fue sometido a diferentes intervenciones quirúrgicas, entre ellas una traqueotomía.

Hace aproximadamente una semana, el ahora fallecido recibió la visita del alcalde hispalense, Juan Espadas. Fuentes cercanas a la familia han indicado que, al margen de dicho "gesto", ni la compañía aseguradora del Alcázar ni el Ayuntamiento como dueño del citado monumento se habrían hecho cargo aún de las responsabilidades civiles derivadas de la caída de la citada rama de gran tamaño, que afectó a ocho personas. Una de las personas heridas fue la propia esposa del fallecido, quien sufrió una fractura en uno de sus brazos y lesiones que requirieron puntos de sutura. 

Como consecuencia de la muerte, la familia del finado prevé promover una "reclamación extrajudicial" ante el Ayuntamiento a través de la compañía aseguradora del Alcázar, así como ejercer las acciones legales que correspondan en todo momento. Tras el accidente, el director general de Medio Ambiente, Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla, Adolfo Fernández, defendía que la rama del ejemplar de palo borracho que cayó no estaba afectada por "pudriciones" y que fue revisado el pasado 20 de abril, poco más de dos semanas antes del accidente.

Este responsable del Consistorio sevillano señaló, por todo esto, que el siniestro constituiría un "episodio fortuito" encuadrado en la "zona de incertidumbre" que va más allá de "las técnicas" con las que se cuenta actualmente para "predecir" los posibles riesgos" del arbolado. "La ciencia tiene sus límites y la arboricultura tiene los suyos. El riesgo cero no existe", concluyó Adolfo Fernández.

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