Nadie había avisado a los trabajadores del cierre.
Ahora temen por sus empleos porque, aunque siguen de alta, no puede entrar a trabajar.
El desalojo por sorpresa de un hotel en Guillena ha dejado más de 300 turistas y muchas familias en la calle. Los trabajadores piden una una solución y reclaman respuestas. Los propietarios quieren solucionarlo.
El cierre ha cogido desprevenidos a 300 turistas y a los trabajadores. El abogado de la empresa llego a primera hora de la mañana para lo que parecía ser un puro tramite. Nadie había avisado a los trabajadores. Están preocupados porque siguen de alta, no pueden ir al paro y no saben a que atenerse.
Estas camareras de piso acuden cada mañana en grupo a su puesto de trabajo, se hacen una foto para que conste que han venido. No pueden entrar porque han cambiado la cerradura y hay una empresa de seguridad.
No saben que va a ocurrir pero todo apunta a que al menos si van a cobrar el salario de septiembre.