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El Museo Ruso explora la misteriosa desaparición del astronauta Ivan Istochnikov

Con "Sputnik. La odisea del Soyuz 2",  Joan Fontcuberta recorre uno de los grandes misterios de la era espacial: la desaparición de un cosmonauta que la Unión Soviética ocultó.

CANAL SUR MEDIA 22 noviembre 2022

Cuando Joan Fontcuberta jugó en 1997 en los límites entre ficción y realidad en su proyecto "Sputnik. La odisea del Soyuz 2", no podía ni imaginar que, treinta años después, la manipulación de los hechos estaría más vigente que nunca en la era de los bulos, las "fake news" y las redes sociales.

"La exposición nos cuenta una historia, un relato poco conocido, que parece casi una película de ciencia ficción. Su narrativa cuenta hasta qué punto los hechos pueden ser manipulados en aras de unas razones de Estado, cómo se tergiversa la historia y la actualidad y cómo la imagen sirve para nutrir esa persuasión y ese convencimiento", ha explicado este martes el artista barcelonés.

Fontcuberta, que presenta hasta el próximo 23 de abril en el Museo Ruso de Málaga su proyecto dedicado al "Sputnik", apunta que la exposición prepara al público "para fenómenos actuales como la desinformación, la posverdad, los hechos alternativos o las 'fake news'".

Son "una parafernalia de fenómenos que, una vez superada la hegemonía de los medios de comunicación y entrando en la hegemonía de las redes sociales, acapara este formateo de la opinión pública", ha añadido Fontcuberta, presentado en el Museo Ruso como representante en la UE de la enigmática Fundación Sputnik.

La muestra relata la misteriosa desaparición, en tiempos de la URSS, del cosmonauta Ivan Istochnikov -cuyo nombre curiosamente coincide en ruso con el de Joan Fontcuberta- y, a través de fotografías, documentos y otras piezas, reconstruye toda su vida, desde su infancia, con una imagen feliz a bordo del cohete de un tiovivo, pasando por su boda o un alegre día de campo.

Pese a ambientarse en la época soviética, advierte de que "la propaganda no es exclusiva de los regímenes totalitarios, y la única diferencia es que en los sistemas democráticos puede ser denunciada y discutida".

"Hay propaganda desde el imperio romano, simplemente han cambiado las plataformas de difusión o las técnicas, cada vez más sibilinas y penetrantes", explica.

El artista precisa que todo su trabajo "tiene que ver con la construcción de la confianza, y en base a qué criterios se establece la convicción y la credibilidad".

"Vengo del mundo del periodismo. No estudié Historia del Arte, sino Ciencias de la Información, y trabajé en el periodismo y la publicidad, que para mí fueron escuelas de mentira. Aprendí todas las argucias y mecanismos para dar a entender lo que se quiere utilizando eufemismos, metáforas y una serie de figuras retóricas que el lenguaje permite".

También apunta que su labor consiste en "desvelar los mecanismos del engaño" y no pretende "nunca engañar", sino "hacer una didáctica de lo fácil que es el engaño y poner trampas al espectador para que por su cuenta sea capaz de descubrirlas".

Empezó a trabajar en este proyecto en 1990, cuando fue artista invitado en el Art Instituto de Chicago, donde vio por primera vez "ordenadores potentes trabajando con la imagen fija".

"El Photoshop había aparecido en 1989, el mismo año del desplome del Muro de Berlín. Que el viejo orden político desapareciera en el momento en que nacía el nuevo orden visual con el Photoshop tenía una correlación y me interesó explorarla".

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