El Málaga sale del pozo con el aliento de una afición ejemplar

Este lunes es día de resaca tras la gran fiesta de la tarde noche de ayer. Hacía 16 años que Málaga no celebraba un ascenso. La última vez fue en 2008, cuando el club blanquiazul subió a la máxima categoría. Ahora sale del pozo de la Primera Federación y, apenas un año después, consigue volver al fútbol profesional.

El Málaga ha logrado bajar y subir en una temporada, lo que pocos clubes han conseguido en tan poco tiempo. Al margen del juego y de los resultados, la afición ha tenido un papel muy relevante en el éxito. El equipo ha tenido una media de 20.000 espectadores por partido y más de 10.000 se echaron este domingo a las calles para acompañar a los jugadores en su paseo por la capital, y muchos más si sumamos los que en la noche del sábado también improvisaron la fiesta del ascenso.

La última celebración por un ascenso en Málaga fue hace 16 años, cuando el equipo subió a Primera. Ha sido el periodo más largo de la historia del fútbol local sin festejos por el cambio a una categoría superior.

Con el ascenso la entidad rompe con una etapa de declive, que se inició en 2019 con el descenso a Segunda, la intervención judicial y la caída al pozo de Primera Federación. Ahora, regresa al fútbol profesional con el empuje que le da su masa social, lo único bueno que trajó el descenso el año pasado.