El Málaga quiere romper su racha de empates ante un rival directo por la permanencia

El Málaga se topa con una semana decisiva. No se ha cubierto el primer cuarto de liga y el equipo afronta dos finales. Juega este viernes y también el domingo frente a Leganés y Lugo, dos equipos de la zona baja de la clasificación.

Plantear como finales los dos próximos partidos del Málaga no es una exageración. Y es que el equipo solo ha ganado un partido y con Mel, pese a que se ha logrado contener la sangría de goles recibidos, los tres empates cosechados le han llevado al fondo de la clasificación. De ahí que jugar contra el Leganés, que es el antepenúltimo, y el domingo con el Lugo, equipo que marca la frontera con los puestos de permanencia puede servir de redención y para poner la mirada en los verdaderos objetivos de este equipo por plantilla y afición.

Es la oportunidad para dejar de ser el peor de Segunda, pero si se pierde se estará dando ventaja a dos rivales. Resulta sorprendente, pero hoy por hoy, los equipos de abajo en la clasificación son, en efecto, los rivales más directos que puede tener el Málaga. La primera cita es en Butarque, donde tanto el técnico como el vestuario se muestran confiados, aunque en ese discurso llevan semanas. 

A pesar de que el Málaga se encuentra como colista a día de hoy, en el seno del Leganés saben que es un rival que les puede poner las cosas difíciles teniendo en cuenta los recursos que tiene y las ganas de pelear la competición. "El Málaga tiene muy buen nivel en su plantilla. Es un partido difícil, en el que hay que tener más atención porque tienen muchísima pegada", ha comentado Idiakez, el técnico local, muy discutido por su mal arranque de temporada.

Los pepineros cuenta con bajas en el equipo como Dani Jiménez y Garrido, y con Durmisi y Dani Raba aún en duda.