Tanto el Unicaja como el Coosur Betis tuvieron este miércoles sendos compromisos vitales para su futuro en la liga. Y ambos ganaron.
No están en la Copa, pero tanto el Unicaja como el Coosur Betis tuvieron este miércoles sendos compromisos vitales para su futuro en la liga. Y ambos ganaron.
Los malagueños en Fuenlabrada y los verdiblancos en Santiago de Compostela, en la prórroga, ante el Obradoiro, que se queda ahora a una victoria de los de Casimiro. Jornada redonda.
Y solidaria. Sus victorias ante esos rivales generaron unos beneficios colaterales valiosos. Porque el Coosur Betis disputó ante Obradoiro una vez más, un partido clave, consiguió un resultado imprescindible y evitó que el equipo gallego se acercara a la zona clasificatoria del Unicaja.
Esta ha sido su cuarta victoria en los últimos seis partidos, un verdadero regalo. Y buena culpa de ello la tiene el base norteamericano Shanon Evans, completamente desatado con 29 puntos y 27 de valoración. No se quedaron atrás en la faceta anotadora otros compañeros, como Paseknis o Lesli.
Pero en ese referente clasificatorio, el Unicaja acabó con su propensión a la derrota y evitó la huida hacia arriba del Fuenlabrada y lo dejó estancado a tiro del Coosur Betis.
La victoria de Unicaja fue contundente pero no exenta de dificultad y de vaivenes porque en un momento dado permitió que el equipo madrileño recuperara una diferencia en contra de 20 puntos, aunque al final le dio una puntilla tremenda y con mucho significado deportivo. Muny, Alberto Díaz y Abromaitis, estelares.