La campaña de recogida comenzó a finales de mayo y ya tendría que haber terminado. Responsabilizan de ello a la azucarera por falta de planificación de la campaña
Los agricultores del Bajo Guadalquivir, Guadalete y Barbate están muy preocupados por el ritmo de recogida de la cosecha de remolacha. La campaña comenzó a finales de mayo y tendría que estar a punto de terminar. No es así y los cultivos se están perdiendo.
En algunas fincas ha tenido que prolongar el riego para no perder la cosecha. Este retraso es inasumible para los agricultores porque supone un sobrecoste en dotaciones de riego e inicio de otros cultivos. Responsabilizan de ello a la azucarera por falta de planificación de la campaña.
Los agricultores quieren impedir que estos retrasos perjudiquen una buena campaña, conseguida gracias a las últimas lluvias. En Sevilla se han plantado 4.400 hectáreas y en Cádiz 4.600.