Preocupa que en una década, el 70% de los actuales agricultores estará jubilado y no se atisba el esperado relevo generacional.
La edad media de los agricultores andaluces no deja de crecer. Ahora mismo es de 62 años y lo peor es que en una década el 70% de los profesionales del campo estará jubilado o en edad de jubilación.
Manuel Gallego es el propietario de una finca cercana a Linares y tiene 58 años. Su abuelo era olivarero y su padre, también pero no encuentra el relevo en sus hijos. Es un ejemplo de lo que está ocurriendo en los campos andaluces y españoles.
Y es que vivir del campo no es fácil. Elevado precio de los insumos, sequía, inseguridad en cada cosecha, competencia desleal de terceros países y cada vez más exigencias agroambientales provoca falta de interés de los jóvenes por una actividad que, aunque sea por herencia, deja muchas dudas sobre su rentabilidad. Y así, el futuro de las actuales fincas pasa por la venta, en muchos casos a grandes propietarios o fondos de inversión.
La Encuesta de Población Activa recoge que solo un 4% de los agricultores tiene menos de 41 años y que la edad media es de 62 años. Con estos datos, asociaciones agrarias y la plataforma SOS Rural estiman que dentro de diez años el 70 por ciento de estos propietarios estará jubilado o a punto de hacerlo.