Es una de las pocas mujeres que se dedican a la guitarra flamenca, un instrumento hasta ahora casi reservado a los hombres
Su intención es consolidarse en el mundo del flamenco
Alba Espert y su guitarra son inseparables. Desde que tenía 8 años recibió el mejor regalo de Reyes que pudo soñar. Desde entonces, la guitarra flamenca es su pasión. 8 horas diarias de ensayos que compagina con estudios de sonido en Córdoba, estudios que ha emprendido precisamente para aplicarlos a su carrera artística.
Sus referentes, Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar, Fosforito y Camarón, su preferencia, tocar para el cante, su descubrimiento más reciente, Aretha Francklin y el gospel, con el que engrandecer su arte.
Con varios premios logrados en su carrera, lo que quiere es asentarse en esta profesión tan complicada en la que hay pocas mujeres guitarristas, pocas pero decididas a triunfar.