En esta localidad onubense, se busca salida ante el desplome de las ventas de calzado de piel
Una de ellas está dando resultado: es la fabricación de tapabocas
¿La clave? una mente abierta y ganas de salir adelante
Comenzaron usando sus máquinas para hacer mascarillas de forma altruista durante la fase más dura del confinamiento, y ahora se ha convertido en su modo de vida.
Es el caso, por ejemplo, de Herce. Esta empresa de calzado de piel, con más de 50 años de existencia, vieron cómo, sin romerías ni ferias, se desplomaban las ventas de botos y similares.
Decidieron reinventarse. Pasaron de coser suelas a fabricar mascarillas de forma masiva, y ahora es su apuesta más fuerte: 12.000 unidades salen a diario de este nuevo taller en el interior de una nave donde hasta hace unos meses solo olía a cuero y piel. Nos lo describe Pepe Cejudo, empresario de calzados Herce y Herce Mask
En los últimos días se están reactivando las ventas de calzado por la Navidad, sobre todo por Internet, así que por la mañana confeccionan mascarillas, y por la tarde, botos, zapatos y cinturones. Comercializan a toda España, y la nueva actividad se ha convertido en un salvavidas para ellos.
Han tenido que recortar plantilla por la crisis, pero sobreviven gracias a su capacidad de adaptación. Renovarse o morir, dice el refrán. Y en Valverde del Camino lo tienen claro: al mal tiempo siempre se le combate con una buena mascarilla.