Adiós a la emblemática palmera de Quintero Báez en Huelva
Ha sido cortada este sábado debido a los graves daños que presentaba, por su longevidad y por los efectos sufridos durante la borrasca Bernard.
Se trata de un ejemplar con casi 130 años y con más de 25 metros de altura que sufre los achaques del paso del tiempo
En Huelva, la famosa palmera de la céntrica plaza de la capital onubense Quintero Báez ha sido cortada esta mañana debido a los graves daños que presentaba, por su longevidad y por los efectos sufridos durante la borrasca Bernard. Los trabajos para talar esta palmera ha sorprendido a los ciudadanos. El informe definitivo elaborado por los expertos ratificaban la tala de este elemplar los antes posible por el riesgo que suponía para los transeuntes y conductores. Algunos vecinos se despertaron con el ruido de los trabajos sorprendidos por la rapidez para cortar la palmera.
La plaza Quintero Báez será reacondicionada como zona de jardines. Se plantará, además, de otra palmera, más arboleda de gran tamaño.
El viento de más de 100 kilómetros por hora de la borrasca Bernard dejó a su paso en Huelva una estela de daños con más de mil árboles arrancados, mobiliario urbano destrozado e importantes consecuencias materiales. No obstante, numerosos árboles en pie de la ciudad han desvelado con el paso de los días afecciones no visibles de forma superficial. Por ello, los técnicos han determinaron que la mejor manera de detectar si existe algún defecto interno en la palmera es observar "la respuesta de la misma a unas condiciones climáticas adversas" como las que apuntan las previsiones en la jornada de este jueves.
Para realizar el examen con seguridad se estableció un perímetro alrededor de la palmera. Los resultados obtenidos se han cotejado con el histórico de la palmera, para fijar la evolución del estado de salud del histórico ejemplar durante los últimos años. De esto permitirá tener una imagen global del avance del deterioro como consecuencia de la avanzada edad del ejemplar, lo que la vuelve cada vez más frágil y vulnerable frente a temporales como los de las últimas semanas.
La palmera de Quintero Báez tiene establecido un plan especial de seguimiento con revisiones pormenorizadas cada seis meses. Se trata de un ejemplar con casi 130 años y con más de 25 metros de altura que sufre los achaques del paso del tiempo, lo que obliga a los técnicos municipales a exámenes periódicos para garantizar la seguridad de las personas.
Dos veces al año se estudia su grado de hidratación, la densidad y uniformidad de su estirpe, posible afección de patógenos, la inclinación y se le hacen “test” de resistencia y oscilación para comprobar que mantiene su flexibilidad frente a los azotes del viento. No obstante, nunca a lo largo de su dilatada vida había tenido que enfrentarse a un temporal de esa magnitud. Es por ello que dentro del plan de revisión de todo el arbolado de la ciudad se incluye una intervención especial con este ejemplar singular.
Es un ejemplar que ha vivido a lo largo de tres siglos y ha resistido temporales y vicisitudes de todo tipo. Una palmera resiliente que nadie sabe quien plantó a finales del siglo XIX pero que se rescató de una casa expropiada para construir la plaza. Son múltiples las ocasiones en las que ha estado a punto de ser derribada y ha sobrevivido, incluso, a una epidemia de roedores y a un incendio.
