El tiempo caluroso y seco dispara los síntomas alérgicos
La ausencia de lluvia y las altas temperaturas que estamos viviendo han disparado mucho los niveles de polen de ciprés en la atmósfera. Es un árbol, que florece durante todo el invierno, y al que cada vez más población tiene alergia. Algunos expertos calculan que el número de alérgicos ha crecido hasta un 30 por ciento en los últimos quince años.
La floración de los cipreses y las arizónicas se produce durante los meses de más frío. Su polen comienza a detectarse en octubre, pero el pico mayor se sitúa en febrero. La lluvia y los cambios bruscos de temperatura propios del invierno rebajan las concentraciones, algo que, sin embargo, no se está produciendo este año.
Las últimas mediciones de la Sociedad Española de Alergología indican que los niveles de polen de ciprés están altos en toda Andalucía. Sobre todo en Huelva y Sevilla, aunque destaca por encima de todos Jaén que tiene en este momento 416 granos por metro cúbico de aire. A partir de 50 granos ya puede haber síntomas.
La alergia al polen del ciprés suele desarrollarse en los adultos, aunque cada vez hay más niños afectados.
Dicen los expertos que debemos sospechar cuando se sufre un catarro continuado y sin fiebre que no remite durante todo el invierno.
