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Se cumplen diez años del asesinato de Ruth y José a manos de su padre, José Bretón

Es el símbolo de la violencia vicaria en España aunque la madre de los pequeños, Ruth Ortiz, no ha sido reconocida oficialmente como tal.

Bretón cumple cuarenta años de prisión en la cárcel de Herrera de la Mancha donde, diez años después, ha reconocido lo que hizo.

CANAL SUR MEDIA 8 octubre 2021

Se cumplen 10 años del caso Bretón. De ese fatídico día, en el que José Bretón denunció la desaparición de sus dos hijos, Ruth y José de 6 y 2 años respectivamente, en un parque de Córdoba. La investigación acabó con su ingreso en prisión tras demostrarse que los había asesinado para vengarse de su esposa, Ruth Ortiz, que había decidido divorciarse.

Ruth fue víctima de violencia vicaria, violencia machista que hace daño a la madre con lo que más le hace sufrir, sus hijos. Es un símbolo de ello aunque no está oficialmente reconocida como tal. Uno de los objetivos de Ruth tras lo sufrido ha sido pelear para que las víctimas reciban ayuda algo que ella no tuvo y por lo que se sintió desprotegida. "El tiempo de no saber donde están tus hijos, el tiempo de la desaparición te va matando día a día. Qué queremos las madres, pues que los asesinos de nuestros hijos no salgan nunca de la cárcel" dijo  Ruth Ortiz en una entrevista a Canal Sur TV.

José Bretón siempre negó que hubiera matado a sus hijos. Lo ha acabado reconociendo hace pocos días, diez años después, durante la terapia que sigue en la prisión de Herrera de la Mancha donde cumple sentencia, 40 años de prisión de los que cumplirá 25. 

Desde que se denunció la desaparición de los pequeños Ruth y José hasta que se encontraron sus huesos calcinados en una finca de Las Quemadillas, pasaron meses.

En Córdoba, un parque infantil recuerda a los pequeños Ruth y José, el parque donde ellos solían jugar,. Es allí donde los cordobeses depositan flores para recordarlos.

RELATO DE LOS HECHOS

El 8 de octubre de 2011, Bretón llamó a los servicios de emergencia para denunciar que sus hijos habían desaparecido en la Ciudad de los Niños de Córdoba, aunque de inmediato los investigadores sospecharon que el relato que ofrecía albergaba demasiadas lagunas.

Las pesquisas esa misma noche en la finca de Las Quemadillas, propiedad de su familia, detectaron unos restos óseos junto a una hoguera apagada que para los agentes policiales pertenecían a los pequeños Ruth y José, si bien la forense del caso determinó que eran de origen animal.

En ese momento, un horrible caso de asesinato de menores que se podría haber esclarecido en cuestión de horas se convirtió en un suceso que cada día copaba horas y líneas en los medios de comunicación y que complicaba la instrucción judicial.

El fallo en la identificación de los restos permitió al asesino mantener su versión de la desaparición y obligó al juez instructor a ordenar su ingreso en prisión provisional tres semanas después acusado de detención ilegal de los menores y simulación de delito.

El caso, a pesar de las incontables búsquedas en la finca, no avanzaba y solo acumulaba indicios, hasta que en julio de 2012 el forense Francisco Etxeberría fue consultado por la familia y la Policía y determinó, sin género de duda, que los restos óseos eran humanos, y más concretamente de dos niños.

De inmediato, el juez acusó a Bretón de dos delitos de asesinato. Un año después se celebró el juicio en la Audiencia Provincial de Córdoba, retransmitido en directo y ante un tribunal jurado que fue claro en su veredicto.

Culpable de matar a sus dos hijos y quemarlos en una hoguera tras haberlos sedado previamente con el único objetivo de infligir el máximo daño posible a su mujer.

Actualmente, Bretón cumple condena desde 2016 en la prisión de Herrera de la Mancha, la cuarta cárcel en la que ha estado recluido tras pasar por las de Córdoba, Villena (Alicante) y Jaén II.

Fuentes penitenciarias señalan a Efe que Bretón es un interno anodino, que pasa desapercibido y que no está teniendo ningún problema en Herrera de la Mancha, una prisión a la que normalmente se traslada a un perfil de reclusos con delitos que han causado mayor rechazo social.

A pesar de que Bretón fue condenado a 40 años de prisión, 20 por cada asesinato, solo cumplirá 25 años entre rejas ya que, entonces, la prisión permanente revisable era solo una idea en el imaginario político, mientras que la violencia vicaria, del que es máximo exponente este caso, ni siquiera se maneja en el léxico popular.

Y desde entonces, a la familia de los pequeños, y más concretamente a su madre, Ruth Ortiz, que fue el objetivo directo del plan del asesino, solo le queda el consuelo de poder haber enterrado a sus niños y que cada 8 de octubre se recuerde su memoria.

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