Sus diminutos pelos urticantes pueden provocar alergias graves al entrar en contacto con la piel o las mucosas de personas y animales.
Un insecto que nace en los pinos y que por estas fechas ya podemos ver por parques y aceras.
Las temperaturas suaves vuelven a adelantar, también este año, la salida de las orugas del pino, más conocidas como procesionarias.
Este insecto posee diminutos pelos urticantes que, al entrar en contacto con la piel o las mucosas, pueden generar fuertes reacciones alérgicas en personas y animales. Es crucial tener mucho cuidado con nuestras mascotas, ya que, en ciertos casos, estas alergias podrían llegar a ser mortales para ellas.
Con la llegada de la primavera aprovechan para bajar de los pinos y deambular por nuestros parques y aceras, siempre en fila india, a modo de procesión, de ahí su nombre popular, para evitar ser comidas por los pájaros. En los últimos años su aparición ya no se ciñe solo al periodo habitual entre marzo y junio, sino que se adelanta al mes de febrero.
Este insecto, que puede parece inofensivo, es capaz de provocar graves reacciones alérgicas en los humanos, y que pueden ser mortales en el caso de las mascotas, simplemente por contacto.
Los principales síntomas que pueden causar las orugas procesionarias son los que afectan a la piel y a los ojos en mayor medida, aunque también puede afectar a los bronquios. Dermatitis, lesiones oculares, urticaria y reacciones alérgicas son los problemas más habituales en humanos; en los animales estas alergias pueden ser mortales, según Ana Rodríguez, especialista en UCI veterinaria.
Los síntomas pueden aparecer simplemente por caminar en áreas próximas a pinares. Para minimizar los riesgos, los expertos recomiendan evitar las zonas con pinos y si se experimenta algún síntoma es fundamental buscar atención médica o veterinaria de inmediato.