Detectar, proteger con rapidez a la víctima y actuar sobre el agresor, claves del protocolo escolar. Datos de Unicef apuntan que uno de cada tres escolares ha sufrido acoso. Expertos destacan la importancia de estar atentos a síntomas como la desconexión del alumno de su entorno escolar.
Según datos de Unicef, uno de cada tres alumnos ha experimentado alguna vez acoso. Tras el suicidio de Sandra Peña en Sevilla cabe preguntarse en qué consiste exactamente el protocolo que debe ponerse en marcha en un centro educativo cuando se detecta uno de estos casos.
Cabe preguntarse también qué es lo que ha fallado en ese proceso en el que tanto profesores, familia y compañeros deben trabajar de manera conjunta para evitar un desenlace fatal. Está claro que lo principal es que la víctima lo cuente y el centro tome medidas urgentes para protegerla.
Ante un caso de acoso escolar, el primer paso es identificarlo. Si un alumno lo detecta, debe comunicarlo a un docente, tutor u orientador. A partir de ahí el equipo directivo debe actuar con rapidez, investigar e iniciar el protocolo, informando también a la familias con confidencialidad.
Canal Sur ha consultado a un experto, el psicólogo Antonio Galiani, quien destaca la importancia de "prestar atención a síntomas como la desconexión del alumno de su medio escolar, que no quiera ir o no quiera hablar del colegio". Y añade también la importancia en los casos de bullying de "la visibilización de esa conducta".
El centro escolar debe aplicar medidas urgentes para proteger a la víctima y actuar sobre el agresor. La recopilación de información es clave. Se elabora un informe con datos de distintas fuentes. El caso no acaba con una sanción: se hace seguimiento, se aplican medidas preventivas y se trabaja con el entorno.
Y en ese contexto también Galiana valora la utilidad de las "charlas de sensibilización" en la comunidad escolar para reconocer las señales de alerta.