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Fallece el cantaor José Cortés Jiménez, "Pansequito", a los 78 años

Acompañó a grandes figuras como Manolo Caracol. Nacido en La Línea y criado en El Puerto de Santa María, recibió numerosos galardones. Uno de los más importantes, el Giraldillo al cante de la Bienal de Flamenco de Sevilla en 2010.

Aquí pueden ver una de sus actuaciones en "Lo Flamenco"

CANAL SUR MEDIA 17 febrero 2023

El mundo del flamenco está de luto. Ha fallecido José Cortés Jiménez, "Pansequito". Nació en La Línea aunque toda su niñez la vivió en el Puerto de Santa María, localidad de la que era hijo adoptivo desde el año 2001. Acompañó a grandes figuras del flamenco como Manolo Caracol y formó parte de la compañía de Antonio Gades con la que recorrió media Europa. Casado con la también cantaora Aurora Vargas, posee numerosos galardones. Uno de los más importantes: El Giraldillo al cante de la Bienal de Flamenco de Sevilla en 2010.

Puede que el mundo del flamenco sea la rama artística más interconectada entre todos los ejes que la forman, la que más historias personales que terminan en los escenarios esconde bajo bulerías, tangos o tonás, y en ese amalgama de palos y gargantas prodigiosas, la voz recia de Pansequito era, dicen los expertos, la última parte de una estirpe de los grandes que el siglo XX ha ido pariendo poco a poco.

Esa conexión entre flamencos tuvo, en el caso del cantaor nacido en La Línea de la Concepción en 1945 y fallecido este viernes en Sevilla, un ejemplo claro, cuando Manolo Caracol lo vio cantar en un tablao flamenco de Málaga y decidió que la prodigiosa voz de ese joven de 18 años no se podía quedar en el sur, de modo que lo llevó a la meca del entonces flamenco, Madrid, para convertirlo en una de las estrellas de su tablao Los Canasteros.

El cantaor sevillano acababa de inaugurar un tablao que, con altibajos, estuvo abierto hasta 1993, en cuyo actual edificio una placa recuerda que allí estuvo el "Teatro Real de los Gitanos, donde se daban cita artistas, intelectuales y toreros”, donde Pansequito tuvo su gran universidad del cante, compartiendo largas noches con Pepe Marchena, Pastora Imperio, Juanito Valderrama, Pepe Pinto o La Niña de los Peines.

Pero antes de llegar ahí, ya había conocido su pueblo natal, Sevilla y El Puerto de Santa María, ciudad que la dio el apellido de Pansequito del Puerto su nombre artístico muchos años, y estando en Madrid se fijó en él la compañía de Antonio Gades, que le llevó por media Europa a pasear su prodigiosa forma de entender el flamenco, y todavía no había cumplido los 30 años cuando ya tenía en sus manos el Premio a la Creatividad, en el Concurso Nacional de Córdoba.

Las crónicas de la época dicen que cuando el jurado le escuchó no fue capaz de incluir su forma de interpretar flamenco en ninguna categoría en concreto, de modo que se creó ese premio expresamente para él, a los que fueron siguiendo reconocimientos de todo tipo que casi no cabían ya en su casa, que es también la de otra grande del flamenco, la sevillana Aurora Vargas, con la que no solo se casó, sino que compartió escenario en mil ocasiones.

Para la historia quedan sus apariciones con Paco Cepero a la guitarra, los dosis con Juan y Pepe Habichuela, Gerardo Núñez o Enrique de Melchor, o cómo se “peleaban” por él festivales de los cuatro puntos cardinales.

Pero Pansequito no era un flamenco que cantara y punto. Era un estudioso de los palos, las voces, un autor de sus propias letras y un adaptador de lo clásico a su propio estilo, un hombre del que bebieron flamencos como Rancapino Hijo o Israel Fernández, un “loco”, como uno de sus temas decía a voz en grito.

Su empuje no decreció con los años, ni pudo con él la tecnología, y solo hay que darse un paseo virtual por el universo digital de plataformas como Spotify para ser que la media de reproducciones de sus temas supera las 50.000, mientras que la bulería "Los gitanos de La Cava" llega casi a las 210.000.

Con su muerte, la fecha del 17 de febrero de 2023 queda inscrita en el listado de las despedidas flamencas, como fue la del 13 de diciembre de 2010, cuando se fue Enrique Morente, el 13 de julio de 2016, cuando El Lebrijano subió al cielo flamenco, o el 29 de julio del mismo año, día en que José Menese fallecía en La Puebla de Cazalla.

Quedan algunos irreductibles, como El Cabrero, en la puerta ya de los 80 años, y a una letra suya de un fandango habría que acudir para aludir a una despedida de un flamenco de pura cepa como Pansequito, porque “la tierra me dio la vida/ y me la quieren quitá/ yo sé que llegará el día/ que no pueda aguantar más/ y ella gane la porfía.

Aquí pueden ver una de sus actuaciones en "Lo Flamenco"

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