Andalucía recibirá 220 millones para la modernización de los regadíos
Es la comunidad autónoma más beneficiada por los convenios que el Ministerio de Agricultura acaba de firmar con la empresa pública Seiasa y que van a movilizar 745 millones de inversión público-privada.
El ministro Luis Planas defiende la necesidad de reducir el consumo de agua en los sistemas de riego para garantizar la sostenibilidad del sector agrícola.
Andalucía recibirá de la administración central 220 millones de euros para la mejora y consolidación de los regadíos. Es la comunidad más beneficiada con los tres convenios que este jueves ha firmado el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, con la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), que supondrán movilizar una inversión público-privada de 745,40 millones de euros en 11 comunidades autónomas.
El objetivo de estas inversiones es conseguir que los sistemas de regadío utilicen una cantidad menor de agua para conseguir mayor eficiencia y mejorar la competitividad y sostenibilidad del sector agrario. Tras la firma de estos convenios, el ministro Planas ha reiterado que la modernización de regadíos volverá a tener un carácter preferente en la política agraria del Gobierno en la nueva legislatura.
Ha recordado que el ministerio está inmerso en el volumen de inversión en modernización de regadíos más ambicioso de la historia, que superará los 2.344 millones de euros entre 2022 y 2027. En total, está prevista la modernización en toda España del riego de 700.000 hectáreas de cultivo, beneficiando a 20.000 agricultores.
Dos de los tres convenios firmados por el ministro y Seiasa están enmarcados en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y cuentan con financiación de fondos europeos Next Generation.
En el acto de la firma han estado presentes representantes de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) y de 34 comunidades implicadas en las actuaciones proyectadas.
El ministro ha enfatizado que el regadío sostenible es absolutamente imprescindible para afrontar el doble reto de proporcionar alimentos suficientes a una población creciente con menos recursos hídricos naturales como consecuencia del cambio climático.
