TRIBUNAL MILITAR DE SEVILLA
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El padre del legionario muerto en unas maniobras pide que los acusados "pierdan el uniforme del Ejército"

El Tribunal Territorial Militar Segundo, con sede en Sevilla, juzga a un sargento acusado de matar al legionario Alejandro Jiménez en 2019. Ocurrió durante un ejercicio con fuego real en Alicante. Otros tres militares están acusados de encubrimiento

CANAL SUR MEDIA 14 febrero 2023

Los padres del caballero legionario Alejandro Jiménez, fallecido con 21 años por el disparo de un fusil en el campo de maniobras de Agost (Alicante) en marzo de 2019 durante un ejercicio  de la Brileg con base en Almería, han reclamado "justicia" para su hijo ante el juicio que se celebra en Sevilla, en la sede del Tribunal Territorial Militar Segundo, contra ocho procesados, entre ellos dos tenientes, un capitán y un sargento, acusados de ocasionar la muerte e intentar además encubrirla.

"Quiero que pierdan el uniforme, del primero al último, pero no solo de la Legión, sino del Ejército", ha manifestado ante los medios el padre de la víctima, Juan José Jiménez, quien acompañado de su mujer, Chari Cruz, han asistido a la primera de las 15 sesiones en las que se desarrollará la vista oral en la que ejercen la acusación particular. "Quiero que desaparezcan, desde el primero hasta el último. No los quiero en el sueño de mi hijo", ha añadido.

Los padres sostienen que los acusados por la muerte del caballero legionario deben ser desposeídos de sus uniformes para "limpiar" la Legión, sentido en que han reclamado una mayor implicación del Ministerio de Defensa, que "debería ser el primero querer limpiar" las filas puesto que algunos de ellos "están vistiendo el uniforme del Ejército de Tierra en otras unidades".

"El sargento está destinado en Mallorca a un cuartel que está a un kilómetro del columbario donde está mi hijo", ha señalado Cruz, para quien "no es justo" que tanto él como su hijo vistan a la vez el uniforme. "Mi hijo está vistiendo su uniforme porque lo incineraron con él", ha añadido tras asegurar que también quiere a los acusados "privados de libertad" tanto por su muerte como por el supuesto intento de ocultar los hechos.

Para los padres, la muerte de Alejandro Jiménez no constituye un accidente. "Si tienes los blancos delante y estamos todos disparando hacia delante, no hay explicación lógica que pueda mantener el sargento ni nadie de cómo mi hijo cae completamente a su izquierda, a 90 grados del sargento, por un proyectil directo del sargento, es que no tiene ningún sentido", ha defendido su progenitor.

"Ya habían mandado el alto el fuego, pero a este señor se le ocurrió la puta locura de seguir disparando y le ha costado la vida a mi hijo, es un jodido cafre", ha añadido ante de señalar que "un accidente es que se me caiga una llave inglesa y te dé en la cabeza, no que te diera con la llave inglesa en la cabeza. No tiene nada que ver un punto con otro".

Cruz ha agradecido los mensajes de apoyo recibido por parte de compañeros y militares durante todo este proceso por el que llegan a solicitar hasta 34 años de prisión para el sargento acusado de asesinato. "No digo que sean malos por lo que pasó, sino por todo lo demás. Para mí se le mató y se le remató desde el mismo momento que mienten, que engañan y que le tratan, por lo que me estoy enterando, como un cacho carne así tirada. Alejandro era mucho Alejandro", ha dicho.

En este sentido, los progenitores han incidido en la supuesta ocultación de los hechos como una de las situaciones que más les han marcado después de cuatro meses de secreto de sumario. Así, el padre ha explicado que cuando se desplazó al cuartel de la Guardia Civil de Alicante a recoger los enseres de su hijo, fue recibido con la frase: "le llevan mintiendo desde el minuto cero". "Antes de cinco minutos tuve que parar porque no me esperaba que esto fuese así", ha detallado.

Los padres del caballero legionario han demandado también al Ejército que "revisen sus protocolos de ejercicios" porque "no había ni un médico presente en el campo de maniobras" cuando Alejandro Jiménez "recibe el tiro". "Que actualicen esos protocolos y que la seguridad esté más valorada dentro de esos ejercicios para que no le vuelva a pasar a nadie", han reclamado.

PRIMERA SESIÓN DEL JUICIO

Al comienzo de la sesión, tras la lectura del escrito de acusación de la Fiscalía, la presidenta del tribunal ha denegado los dos aspectos solicitados por la defensa del sargento de la Brigada de la Legión Saúl Antonio Guil, a quien el Ministerio Público atribuye la autoría del disparo mortal.

A continuación, ha prestado declaración como acusado el sargento de la Brigada de la Legión Saúl Antonio Guil, para el cual la Fiscalía reclama siete años, cinco meses y 15 días de prisión, como presunto autor del disparo mortal.

La Fiscalía sostiene que en un momento de las maniobras desarrolladas el 25 de marzo de 2019, este sargento que encabezaba un pelotón en una maniobra de asalto a un merlón con cuatro blancos "mandó el alto el fuego y reconocimiento de los blancos cuando el pelotón estaba unos 20 metros de los mismos, cesando disparos y acercándose para su reconocimiento dos soldados, que dieron la novedad de 'blancos abatidos'".
Detalla el Ministerio Público que, a continuación, el sargento gritó "enemigo al frente, al faldón de la montaña, en claro blanco a las doce, sin que dicha orden estuviese prevista previamente en la programación del ejercicio, ni se hubiese puesto en conocimiento del pelotón".

Según la Fiscalía, la ejecución de ese nuevo objetivo se realizó "subiendo el binomio más adelantado a la cresta del merlón, abriendo fuego desde la posición cuerpo a tierra", contexto en el que uno de esos disparos efectuados por el sargento "cuando se encontraba en pie, desde el merlón y a una distancia de unos 12,5 metros orientado a la posición" del legionario fallecido, Alejandro Jiménez, impactó sobre el mismo, "quien se encontraba en ese momento situado el primero por el flanco izquierdo en posición de rodilla en tierra o guardia baja, con su fusil orientado al suelo".

El proyectil alcanzó el culatín del fusil de la víctima, "desestabilizándose y sufriendo un volteo, que sin embargo no alteró su dirección, impactando a continuación en su cuerpo", ocasionándole una herida fatal "por orificio de bala en hemitórax derecho".

En ese sentido, el citado sargento ha reconocido que como "jefe del pelotón", promovió de "improviso" el "segundo objetivo" una vez culminado el asalto inicial al merlón. "Lo decidí sobre la marcha", ha manifestado, precisando eso sí que aunque sí efectuó disparos en la primera maniobra de asalto, en ningún momento hizo "fuego al segundo enemigo" fijado por él mismo. En ese sentido, el sargento encausado ha defendido en varias ocasiones que una vez él no disparó desde el merlón asaltado por el pelotón.  A colación, y a preguntas de la acusación particular, ha asegurado que "ninguna vez" ha disparado al aire por encima de las cabezas de otros efectivos para bromear, extremo que ha calificado de "aberración".

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