La víctima sufre el delito y a lo largo del proceso judicial llega a sentirse "culpable".
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La victimización secundaria es la agresión psíquica, no deliberada, que sufre la víctima de un delito en su relación con los servicios sanitarios, policiales, o judiciales. La víctima no solamente sufre el delito, sino que además sufre lo que es la institucionalización de su problema, es decir, una respuesta que es percibida como dura, lenta, y desconfiada por parte de los servicios policiales, médicos y judiciales. La víctima llega temerosa, expectante, con miedo, dado que son ámbitos en los que se siente desvalida, y uno de los grandes retos es no añadirle más sufrimiento y evitar su doble victimización.
Desde el SAVA, Servicio de Asistencia a las víctimas, se trabaja para que se reduzca y erradique la "segunda victimización", y lo hacen en sedes judiciales y en estrecha colaboración con las Fiscalías. El SAVA va dirigido a cualquier persona víctima de un delito, es un servicio multidisciplinar atendido por profesionales del ámbito de la psicología, el trabajo social y el derecho, y el objetivo es asistir a la víctima de forma integral para que la misma pueda participar en su proceso judicial sin miedo. A pesar de trabajar con todo tipo de víctimas, el SAVA reconoce que en un 90% atiende a mujeres víctimas de violencia de género que han sufrido agresiones físicas y psicológicas, sexuales, violaciones, y trata.