Tamara Trigo, entre el mar de Italia y la nostalgia de Constantina

Nuestra cicerone en  Andalucía X el mundo es Tamara Trigo, una sevillana de Constantina que lleva media vida en Italia. Hace veinte años, una beca Leonardo la llevó a Florencia tras estudiar Turismo en la Universidad de Sevilla, y lo que iba a ser una experiencia temporal se convirtió en un viaje sin billete de vuelta. Allí conoció a un italiano y, años después, la vida la llevó hasta Rímini, la ciudad donde hoy ha echado raíces junto a su pareja actual y sus dos hijas, Cloe y Ariel.

Nos recibe con una sonrisa en el Castillo de Sismondo, una fortaleza que comenzó a construirse en 1437 y que hoy forma parte del Museo Fellini. No podía haber un escenario más cinematográfico: Fellini nació en Rímini y en sus películas late el espíritu de esta ciudad costera, soñadora y algo melancólica.

Con Tamara recorremos también el Templo Malatestiano, una de las primeras iglesias renacentistas de Italia, y paseamos entre calles llenas de historia, arte y aromas de masa recién hecha. Allí conocemos a Lella, que lleva 39 años preparando la “piada”, ese pan plano típico de la región que los locales adoran. Desde 2011, la piadina es reconocida como patrimonio gastronómico tradicional, y basta un bocado para entender por qué.

Rímini, famosa por sus largas playas privadas, es uno de los destinos más emblemáticos del Adriático. En sus "bagni", los típicos clubes de playa, el verano se vive entre sombrillas. Fue precisamente en el "bagno 44" donde Tamara conoció al que hoy es el padre de sus hijas.

Al final del día, cuando el sol cae sobre el Adriático, Tamara confiesa con emoción lo que más echa de menos: "Mi familia, el olor y los colores de Andalucía."

Y es que, aunque su vida hoy transcurra entre la arena de Rímini y el acento italiano de sus hijas, en el corazón de Tamara sigue latiendo el alma de Constantina, su pequeño rincón de Sevilla.