El juglar Isidro y sus burros enseñan la "pedagogía andariega"

Un encuentro inesperado en la serranía te presenta a Isidro García, un hombre impecablemente vestido de juglar antiguo que viaja a pie guiando a dos burros, Molinera y Romerito. Isidro se presenta como un trovador moderno que va de escuela en escuela predicando una pedagogía. Él defiende que la mejor forma de acercarse a los niños es con animales nobles y tranquilos como estos burros, que son su "pasaporte" para llegarles. Es un romántico que aboga por volver a lo natural, utilizando la compañía de los burros para transmitir paz y una sabiduría de estar en la tierra.

Este método se llama "pedagogía andariega" y se basa en la idea de que, desde siempre, el ser humano ha aprendido caminando y descubriendo su entorno. Hoy, esta filosofía lleva a un grupo de niños del colegio Santiago Apóstol en la localidad malagueña de Cortes de la Frontera, a un viaje crucial. La misión: recorrer el ciclo del agua potable en el pueblo, desde la captación natural hasta la vivienda. Los niños aprenden de rocas ácidas y básicas, y de aguas dulces y duras, mientras caminan junto a Romerito y Molinera, quienes se integran perfectamente con ellos.

El viaje te lleva a sitios emblemáticos, como la captación del río Guadiaro, cuyo nombre significa "Río de oro" en árabe. Después, la ruta se dirige a la EDAR, la Estación Depuradora de Aguas Residuales, el punto final del ciclo. Allí presencias un "milagro", viendo cómo el agua sucia de casas y talleres se limpia para ser devuelta al río. Aunque el burro Romerito se queda vigilando desde fuera, los niños reciben una lección de conciencia fundamental que te hará replantearte tus hábitos en casa. ¿Qué importante advertencia sobre el cuidado del agua llevan los chavales a sus hogares?