Tierra y mar

La campaña de la naranja, amenazada por el aluvión de producto egipcio

La escasez de naranjas para zumo en el mercado internacional hizo que subieran el precio en los primeros meses de la temporada. Sin embargo avanzada la recolección, la situación cambió. ¿Quieres ver más noticias destacadas? Visita la web de Tierra y mar. Y el programa completo lo tienes en la plataforma de CanalSur Más.

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Ahora conocemos cómo va la campaña de los cítricos en Andalucía, que comenzó bien aunque con una merma en la producción debido a las condiciones climáticas. Sin embargo, a partir de febrero los precios, que hasta entonces habían sido muy buenos, se hundieron porque las naranjas egipcias inundaron el mercado español y europeo.

La de los cítricos es una de las campañas más largas que hay en el campo. Comienza a finales de septiembre con las mandarinas de la variedad clementina temprana, después en octubre se incorporan las primeras naranjas,  y termina en junio con la valencia late que es una naranja para zumo. Más de nueve meses consecutivos de recolección. En el reportaje presenciamos la recogida de la clase navelate en una finca de la localidad sevillana de Cantillana. 

El covid marcó un antes y un después para los cítricos. Por una parte la demanda se incrementó Por otra también subieron los precios de lo necesario para producirlos. A todo ello hay que añadir la escasez de agua de los últimos años. El aforo andaluz de cítricos, que son las previsiones oficiales para toda la campaña, recoge ese descenso en la producción de naranjas que no van a llegar al millón doscientas mil toneladas. Hay un ligero incremento de las mandarinas por encima del medio millón de toneladas y pocas variaciones en el caso de los limones y los pomelos con respecto a otros años. En Andalucía la producción se concentra en las provincias de Sevilla, Huelva y Córdoba.

En cuanto a precios la campaña comenzó bien. La escasez de naranjas para zumo en el mercado internacional hizo que subieran el precio de la fruta fresca y en los primeros meses  le pagaban al agricultor en torno a los 40 céntimos el kilo cuando producirlas cueste entre 20 y 25 céntimos. Sin embargo avanzada la recolección, la situación cambió por la llegada masiva de cítricos del extranjero, principalmente de Egipto.

Los agricultores piden que las reglas de juego sean las mismas para todos, es decir, que aplicar las llamadas 'cláusulas espejo' para que los productos extranjeros vengan con las mismas garantías y requisitos de calidad que los locales. Esto supondría que las normas ambientales, sanitarias y de bienestar animal, entre otras, que un agricultor o ganadero español haya tenido que cumplir para poder vender su producto también le sean exigidas a los productos que se importen de otros países.