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Hemos estado en Níjar, en la provincia de Almería en el demolido asentamiento chabolista Walili, uno de los más antiguos y grandes de la provincia. Allí vivían unas 500 personas, migrantes que trabajan en los campos e invernaderos de la zona. Solo en el término municipal de Níjar hay 50 asentamientos.
Varias organizaciones que llevan décadas trabajando en esta y otras zonas de Andalucía se han unido en la Plataforma Derecho a Techo y critican que el ayuntamiento de la localidad haya derribado las chabolas sin tener alternativa para las personas que vivían allí.
La mayoría de los migrantes del Walili se han desplazado a otros asentamientos de la zona, alrededor de 50 han sido realojados y están pendientes de terminar otras 62 viviendas que a día de hoy continúan en obras.
Hemos preguntado cuáles serían las soluciones a un fenómeno tan complejo y asociaciones y ONGs que trabajan en el terreno apuestan por un Plan Global que incluya tanto a las administraciones como a los empresarios y a los propios migrantes para garantizar unas condiciones dignas de vida.