La medicina antienvejecimiento pasa por controlar los radicales libres
El oxígeno, necesario para respirar, es imprescindible para la vida, pero al mismo tiempo, es tóxico porque oxida los tejidos y las sustancias corporales. Hay que mantenerlo a raya.
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Con la ayuda del doctor Darío Acuña, de la Universidad de Granada, podemos entender el alcance de la paradoja que supone que el omnipresente oxígeno sea a la vez ángel y demonio para la salud. Se trata de un gas que participa en varios procesos metabólicos y oxida algunas materias, con lo que se producen los llamados radicales libres, que es una causa principal del envejecimiento. Causa daños de diferente importancia al alterar la estructura y las funciones de las sustancias que utiliza el organismo.
Como es bien sabido, la dieta mediterránea, basada en fruta, verduras, carne, pescado y aceite de oliva, aporta muchos beneficios para la salud y, entre ellos, limita la producción de radicales libres.