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La disminución de chovas piquirrojas revela signos del cambio climático

Este ave habita en el entorno de Sierra Nevada y es objeto de un estudio científico para conocer mejor las causas de su regresión, que podrían revelar problemas mayores en el ecosistema. ¿Quieres ver más noticias destacadas? Visita la web de ConCiencia. Y los programas completos los tienes en la plataforma de contenido bajo demanda de CanalSur Más.

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La chova piquirroja es el cuervo de las altas cumbres, muy reconcible en las imágenes de Sierra Nevada, donde posee una de las mayores poblaciones de Europa y el lugar donde se ha convertido en protagonista de investigaciones científicas clave para evaluar los efectos del cambio climático y la influencia del hombre, en zonas tan importantes como la alta montaña y las llanuras esteparias.

Comenzamos el reportaje en el mes de abril, inicio de la primavera, en la  localidad ranadina de Aquife. Acompañamos a Jesús Martín, responsable de la unidad de experimentación animal de la Universidad de Granada, y Mariano Guerrero, Técnico de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía.

Están haciendo un seguimiento a las poblaciones de chova piquirroja que habitan en el entorno de Sierra Nevada. Se acerca la época de reproducción, un momento idóneo para analizar con método científico la situación de este ave emblemática, sensible al cambio global.

Jesús Martín ha volcado su experiencia como biólogo especialista en bienestar animal y en ecología de las aves para coordinar este proyecto de seguimiento científico de la chova piquirroja. Se la llama así por su llamativo pico rojo, aunque popularmente se la conoce como "graja".

Llegamos hasta un cerro junto a las minas de Alquife, que está horadado por rajas y oquedades en las que la especie ha encontrado un dormidero natural donde refugiarse al atardecer y fabricar sus nidos. Las chovas utilizan pequeñas grietas y oquedades en tajos en acantilados aquí en la ramblas de la depresión de Guadix y Baza.

Mariano Guerrero forma parte del equipo del Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada y está especializado en el seguimiento de fauna amenazada y nos explica los fundamentos de su trabajoLos investigadores están entrenados para contar estas bandadas a simple vista. También han ubicado cámaras de fototrampeo para captar su actividad. Pero cada vez se censan menos ejemplares y su presencia en Andalucía comienza a estar en retroceso.

Martín explica que la población de estas aves está en retroceso en esta zona. Concretamente los censos o muestreos realizados en la década de los 90 se cifraba la población en los 5.000 ó 6.000 individuos y ahora no hay más de 2.000; y en el resto de Europa está prácticamente en extinción.

También están tomando muestras para valorar cómo está afectando a esta especie la reducción de insectos disponibles para su dieta. Todo ese abordaje se hace con protocolos estrictos, con el mismo rigor que se aplica a un modelo animal experimental en condiciones de laboratorio.

Cae la tarde sobre este laboratorio natural único y el que podría ser el mayor dormidero natural de la chova piquirroja en el planeta. Un centinela del cambio global, sensible a las transformaciones del paisaje inducidas por el ser humano. Su retroceso podría leerse como un síntoma más del empeoramiento de la salud de estos ecosistemas.