Micaela, la sevillana que encontró la independencia en Bolonia

Esta semana en “Andalucía por el Mundo", nos embarcamos en un emocionante viaje a Bolonia para conocer la inspiradora historia de Micaela Jiménez, una joven de El Viso del Alcor, Sevilla, que dejó atrás su vida en Andalucía para construir un futuro en Italia. Con la pasión de quien vive un sueño, Micaela nos revela cómo el amor por una ciudad y el deseo de independencia la llevaron a la “ciudad rossa”.

Micaela nos cuenta que llegó a Italia como au pair y, con el tiempo, se enamoró tanto de la ciudad que decidió quedarse. Hoy, es una educadora social que trabaja con personas con discapacidad, un empleo que le ha dado la independencia y la madurez que tanto buscaba. Con la emoción a flor de piel, confiesa que el camino no ha sido fácil; vivir sola, en un país ajeno y con un idioma diferente, ha sido un reto que la ha convertido en una persona más valiente y fuerte. La distancia de su familia y amigos es lo que más extraña, pero la certeza de que está cumpliendo sus sueños le da la fuerza para seguir adelante.

Durante el reportaje conocemos los rincones más pintorescos de Bolonia, desvelando dos de los siete secretos de la ciudad. El primero, un escondido canal que le ha dado a Bolonia el sobrenombre de la "pequeña Venecia", un lugar mágico que enamora a primera vista. El segundo, y quizás el más sorprendente, es el "teléfono sin cables" bajo los arcos del Palacio del Podestà, un lugar donde, a pesar de la distancia, las voces se escuchan con una claridad asombrosa, simbolizando la conexión que ella ha mantenido con su tierra.

El arraigo a Bolonia de Micaela es tan profundo que, al ver la Basílica de la Virgen de San Luca, siente que está "en casa", de la misma forma que al regresar a su pueblo sevillano. Esta dualidad de pertenencia es un reflejo de su carácter, que fusiona las tradiciones de su tierra, como la Semana Santa de su hermandad, con la pasión y los gestos de su vida italiana. La historia de Micaela es un emotivo testimonio de cómo la valentía andaluza puede florecer en cualquier rincón del mundo, creando un hogar en un lugar inesperado sin perder nunca el corazón.