El Campanone de Bérgamo da cien campanadas cada noche por razones históricas

En la visita a Bérgamo, disfrutamos de dos guías distintos, que tienen en común llevar una veintena de años en Lombardía y que ambos llegaron por amor. Javier González, de Villanueva del Río, Córdoba, nos enseña la ciudad baja, más moderna, con la plaza Pontida, que es el centro vital y comercial de la ciudad.

En otro memento visitamos un templo con un significado sorprendente. En él se encuentra la explicación de por qué en esa región, los regalos de Navidad no los traen los Reyes Magos ni Santa Claus, sino una mujer.

Con Silvia Rebollo, de Sevilla, subimos en el funicular hasta la ciudad alta, en la colina, que es una maravilla histórica, con calles empedradas y estrechas. Su Piazza Vecchia es de las más bellas de la Lombardía, rodeada de fastuosos edificios históricos. Uno de ellos contiene la torre del Campanone. A las diez de la noche es una singular atracción, cuando da sus cien campanadas diarias. Es un recuerdo a cuando antiguamente se cerraba la ciudad.

A la hora del tentempié, el reportero Rafa Posadas descubrirá que el suculento plato que está comiendo no es de una carne cualquiera, sino de un animal aún más infrecuente que el caballo, más dulce y más tierno.

Silvia nos cuenta lo que le gusta la ciudad donde vive casada con el italiano por el que dejó Andalucía. Tiene dos hijos y encuentra que Bérgamo es muy tranquila. Sin embargo le brillan los ojos hasta el borde de las lágrimas, al mencionarle su tierra y nos explica por qué tiene el corazón 'partío'.