José Miguel Morales: "La UE sólo invierte en control fronterizo, en vallas y en reprimir migraciones"

El director de Andalucía Acoge, José Miguel Morales, ha denunciado en Despierta Andalucía la deriva de la política migratoria de la Unión Europea. En lugar de invertir en “formación y oportunidades en los países de origen, facilitando después que las personas que han recibido esa formación pudieran, si quieren emigrar a la UE”, lo único que se está haciendo es “inversión en control fronterizo, en vallas y en reprimir migraciones, no en gestionarlas de forma inteligente”. 

En concreto, Morales ha analizado la reciente petición de 15 estados de la UE de externalizar a otros países la acogida de migrantes que llegan a aguas comunitarias. “No es una idea nueva pero se quiere profundizar en ese mecanismo de usar dinero público, dinero de los ciudadanos, y esto es muy importante subrayarlo, para que sean otros países, no siempre democráticos, los que se encarguen de gestionar las migraciones a costa muchas veces de violaciones de los derechos humanos”.

El representante de Andalucía Acoge destaca, eso sí, que entre los países comunitarios que defienden esta propuesta “no está España, Francia ni Alemania. Esto es muy importante, porque no está, quitando el caso de Italia, ninguna de las grandes economías de la UE”. Y es que, recuerda Morales, todos los organismos económicos internacionales reconocen que “de un modo u otro necesitamos para sostener el modelo de desarrollo europeo esa afluencia de personas que vengan a trabajar de otros países”. 

En este sentido, Morales plantea que “la gestión responsable que tenemos plantearnos es cómo hacer para que estas migraciones sean seguras para las personas que vienen, que no generen muertes y puedan incluirse en la sociedad receptora. Y ese es el debate que no estamos teniendo”, lamenta. “Pensamos que llegará un día en que se haga de otra manera pero mientras tanto morirán muchas miles de personas en el mar”. Muertes documentadas que en 2023 se elevaron a casi 4.000.

El responsable de Andalucía Acoge explica que “el propio pacto de migraciones y asilo de la UE ya habla de que los gobiernos puedan usar dinero público para eludir sus responsabilidades en la acogida de personas refugiadas a cambio de invertir para la gestión de las migraciones en los países de tránsito”.

Por eso lo que ahora proponen 15 estados comunitarios no es más que “profundizar en una política que ya existe: darle dinero a Marruecos, a Túnez a Libia, a Egipto, a Mauritania para que hagan de gendarmes de la UE y a cambio de ese dinero los países que lo hagan podrán eludir su obligación de aceptar personas refugiadas”. Es decir, “no aceptamos a las personas, no cumplimos con la obligación internacional de refugio pero seguimos invirtiendo en gobiernos que, insisto, muchas veces no son los más respetuosos con los derechos humanos”. 

Y sobre España en concreto, Morales señala que “afortunadamente no ha entrado en esa dinámica, pero sí en la de dar dinero a Marruecos para que gestione las fronteras”.

Frente a esta deriva de la política migratoria europea, el director de Andalucía Acoge considera que la primera actuación de las ONGs es "que se sepa la dinámica de traición de los valores humanos en la que está entrando la UE. Quien legisla tiene el poder y es importante la conciencia ciudadana de qué proyecto europeo queremos”. 

“Lo inteligente es asumir que necesitamos ese aporte de población o, por el contrario, un proyecto basado en el miedo y en el rechazo y que genera muerte”.

A juicio de Morales, las mafias de la inmigración proliferan “porque no existe una forma legal de venir de Senegal a Europa sin jugarse la vida. Por lo tanto, las mafias existen porque los estados no hacen su trabajo de construir mecanismos seguros para las personas y con normativas. Así que las mafias son el resultado de la inacción de la UE”. E insiste en que “la inmigración ha supuesto una oportunidad de desarrollo económico para los países que la reciben” pero “existe una especie de discurso que va ganando en una parte de la población, del miedo al diferente, del miedo al que llega. Porque es verdad que ver nuevos perfiles en la calle genera a veces preguntas. Y esas preguntas las podemos responder desde la convivencia y la inclusión o creando este discurso del miedo que nos va a llevar a una sociedad fracturada”.