Es francés pero se mudó a Benamahoma donde trabaja como guía ecuestre y ganadero

Nano (31 años) es natural de Callian, una localidad de la Costa Azul francesa, pero su acento ya es totalmente gaditano.

En Francia, un vecino murciano despertó su interés por el idioma español y se propuso que algún día llegaría a hablarlo. Tras vivir en diferentes lugares de Francia y en Londres, donde trabajó como técnico de mantenimiento, decidió probar suerte en Andalucía para poder realizar su sueño de aprender español.

Primero se marchó a Almería y más tarde a Grazalema, donde encontró lo que hoy son sus verdaderas pasiones: los caballos y el trabajo en el campo.

Tras conocer a la que hoy es su mujer en las fiestas de los bandoleros de Grazalema, se trasladó a vivir a Benamahoma donde ha encontrado la felicidad, creando su propia familia y trabajando como guía ecuestre y ganadero.