Nadie hace caso a la reclamación de esta opositora onubense. No hay duda de que la mala suerte en forma de baile de fechas se cebó con ella, pero es también indudable que lo ocurrido no es achacable a ella y sí es responsabilidad de la administración correspondiente.
Después de meses de preparación, Mari Carmen se presentó a las oposiciones de Magisterio embarazada de ocho meses. La fecha prevista para el parto era el seis de julio, por lo que, en principio, ello no habría de coincidir con el calendario de exámenes.
Una vez realizado el primer examen teórico, pudo presentarse al práctico el día 23 de julio, quedando además muy contenta del resultado del mismo.
Cuál no sería su desagradable sorpresa cuando este segundo examen resultó impugnado por supuestas irregularidades denunciadas por los opositores.
Entre tanto, nuestra protagonista se puso de parto y ante algunos problemas, el nacimiento de su hijo fue inducido el día 26 de junio.
por desgracia para ella, la nueva fecha de realización del examen práctico recayó en el día 28, estando ella todavía ingresada en el hospital.
Al saberlo, intento que le dieran el alta y todas las demás alternativas que se le ocurrieron para poder hacer el examen, mediante cartas al tribunal y a las administraciones redactadas por su hermano, incluída que el tribunal le hiciera el examen en el centro médico.
Finalmente, Mari Carmen pudo salir del Hospital al mediodía pero el examen se había celebrado por la mañana. Y ahora ningún estamento le respeta la nota de su primer examen ni le da una solución a un caso como el suyo, claramente irregular y del que ella no ha tenido culpa alguna.