Casamatas del Bock: el impresionante legado subterráneo construido por españoles

Luxemburgo se erige como un destino que atrae a multinacionales y profesionales de todo el mundo. Con una población extranjera que roza el 60%, el país, conocido por su alta renta per cápita y una economía robusta basada en la banca y los fondos de inversión, ofrece oportunidades difíciles de ignorar. Águeda Subires, una joven de Torremolinos (Málaga), cambió la ajetreada vida de Madrid por la tranquilidad de este pequeño rincón europeo en busca de un nuevo rumbo profesional. Su historia refleja la de muchos otros andaluces que encuentran en este país, aparentemente modesto en tamaño, un lugar para crecer.

Desde la Plaza de la Constitución, hogar de la emblemática Dama Dorada que simboliza la resistencia luxemburguesa, hasta los rincones que albergan mercados navideños y eventos veraniegos, la vida bulle en Luxemburgo. Águeda nos muestra una ciudad que combina lo histórico, como las impresionantes Casamatas del Bock, una red subterránea de más de 15 kilómetros,  construida por iniciativa de españoles; con un moderno distrito de negocios donde se asientan gigantes como Amazon, su actual empleador. Las condiciones laborales son notables, con salarios que superan con creces los de España –con un mínimo de 2.100€ y un promedio de más de 4.000€ mensuales– y una calidad de vida marcada por servicios públicos eficientes y gratuitos.

A pesar del clima, a menudo más frío que en Andalucía, el ambiente multicultural y la vitalidad de la ciudad compensan. Luxemburgo acoge a personas de innumerables nacionalidades, creando un crisol cultural que se refleja incluso en su gastronomía, enriquecida por la presencia de comunidades como la portuguesa e italiana.

Águeda y sus amigos andaluces, su "otra familia" en la distancia, mantienen vivas sus raíces, mientras enfrentan los desafíos de construir una vida desde cero lejos de casa.