Con un homenaje en el cementerio de La Soledad, en Huelva, se ha recordado el 75 aniversario del hallazgo en la playa de Punta Umbría del cadáver de William Martin, el hombre que nunca existió. Fue un ardid de los aliados para engañar a los nazis sobre sus intenciones de desembarcar en Sicilia y cambiar así el curso de la Segunda Guerra Mundial.
Hace ya quince años que Isabel Naylor recibió la Medalla del Imperio británico por mantener viva la costumbre iniciada por su padre de llevar flores a la tumba de William Martin, un supuesto oficial de la marina inglesa hallado muerto hace justamente 75 años en la playa de la Bota.
William Martín, la falsa identidad que le buscaron a un inglés fallecido de tuberculosis, fue una trampa que idearon los servicios secretos británicos para disimular el desembarco en Europa de las tropas que habían expulsado a Rommel del Norte de África.
Es lo que pretendían los papeles que llevaba el supuesto Willian Martin en un maletin. Se eligió Huelva por ser un lugar estratégico, cercano al estrecho de Gibraltar. Los nazis cayeron en la trampa, y el engaño urdido en torno al hombre que nunca existió acortó la guerra y ahorró miles de vidas.