Este nuevo sistema captura la intención motora directamente desde los músculos del antebrazo mediante un brazalete y descodifica el gesto con redes neuronales entrenadas por miles de personas.Hace décadas que se sueñan tecnologías capaces de leer nuestras intenciones y transformarlas en acciones digitales. El problema ha sido siempre el mismo: o bien los sistemas son invasivos —como los implantes cerebrales—, o bien son imprecisos, como las cámaras o los cascos de electroencefalografía, que sufren de ruidos, calibraciones complejas y escasa portabilidad.