Situado en Cerro Pachón, en la cordillera de los Andes (Chile), este equipamiento está compuesto por un telescopio de 350 toneladas de peso y por una cámara capaz de fotografiar, en una sola toma, un área del cielo equivalente a 45 lunas llenas, mayor de lo que cualquier otro instrumento astronómico actual puede lograr. De hecho, el equipo podrá captar todo el firmamento visible desde el hemisferio sur cada tres noches. Y en un solo año, generará un volumen de datos superior a toda la información acumulada a lo largo de la historia de la astronomía.