EL OBSERVATORIO
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Juan de Mata Carriazo

CANAL SUR MEDIA 10 marzo 2025

El 13 de julio de 1927 obtiene la Cátedra de Prehistoria, Historia Antigua y Media de España de la Universidad de Sevilla, ejerciendo hasta los setenta años, jubilándose en 1969. Durante su vida de estudiante en Madrid conoció a don José de la Peña Cámara, ex-director del archivo de Indias, compartiendo ideales de la revolución bolchevique. Trasladado a Sevilla, era gran amante de los paseos y del cine, acudiendo al Cine Pathé recién inaugurado en la calle Cuna, acudía frecuentemente a las tertulias del Pasaje Oriente donde conoció a don Ramón Carande, don Pedro Salinas y otros catedráticos, donde se hacía especial hincapié a temas de actualidad política; llevando la dirección durante varios años del Instituto-Escuela Hispalense.  Don Juan de Mata era considerado como un “hombre muy moderado, de centro-izquierda”, lo que le valió tras la Guerra Civil un año de prisión.

Comienza sus publicaciones en los periódicos jiennenses “La Solución”,  “La Lealtad”, “El Pueblo Católico” y “La Regeneración”, así como en las revistas “Don Lope de Sosa” y “Paisaje”, colaborando en el Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, a cuya Corporación pertenecía como miembro de honor desde el 12 de abril de 1951. Destaca entre su inmensa aportación a la historiografía española, sus ediciones y estudios de Crónicas Españolas, realizadas por mandato de José Ortega y Gasset, entre las que destacan las de Don Pero Niño, Don Álvaro de Luna o el Condestable  Don Miguel Lucas de Iranzo, especialmente se dedicó a la época de los Reyes Católicos, al Halconero de Juan II, Pedro Carrillo de Huete, siendo fundamental su Historia del Emperador Carlos V. Publicó más de doscientos libros, millares de artículos en revistas especializadas, discursos, conferencias.

En el verano de 1935 obtuvo una beca para viajar por diferentes museos de Europa, estuvo en Francia, Alemania e Inglaterra, aunque no prodigó muchos sus investigaciones en el extranjero, destacar el famoso Crucero oficial Universitario de 1932 por el Mediterráneo conociendo las grandes culturas del Mare Nostrum. Su dedicación a la Arqueología le lleva a colaborar en la obra de Menéndez Pidal realizando el capítulo de La Edad del Bronce, enfrentándose en las Marismas a dos temas sensacionales: Itálica y Tartessos. En Itálica estuvo dos años al frente de las excavaciones, de 1933 a 1936, desbrozando “jaramagos”, volviendo para conservar las ruinas entre 1956 y 1969, consolidándose y conservándose los magníficos mosaicos, realizando un serio y profundo estudio de su urbanización, siempre con ridículas subvenciones, llegando en una ocasión a renunciar a una con el fin de que se ampliasen las excavaciones en Medina Azahara.

 Su otra obsesión fue Tartessos, el mayor desafío de la Arqueología hispánica, que tantos ríos de tinta ha producido. Carriazo logra aferrarse a un fortuito hallazgo ocurrido el 30 de septiembre de 1958, el Gran Tesoro del Carambolo, era el origen del mundo de Tartessos y la gloria para el Profesor Carriazo, que realizó inmediatas excavaciones con magníficos resultados, dedicandole varios libros e incansables trabajos, así como su discurso de ingreso en la sevillana Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría el 18 de noviembre de 1958, continuando sus excavaciones en el cortijo de Ébora, descubriendo poblados, valiosas especies cerámicas como la “de retícula bruñida”, sus publicaciones sobre El Carambolo son pilar fundamental para la cultura española.

Para muchos de sus alumnos, Juan de Mata les “enseñó a amar a la Andalucía de la Bética, la Sevilla de San Fernando, los cronistas de los Reyes Católicos”. En 1976 fue elegido Miembro Numerario de la Real Academia de la Historia, a la que pertenecía como correspondiente desde 1945. Fue también Académico de la de Bellas Artes de san Fernando, de la Academia Portuguesa de la Historia y perteneció a la Asociación de Arqueólogos Portugueses. Además fue miembro Honorario del Instituto Arqueológico Alemán, siéndole concedido en 1971 el Premio “Ciudad de Sevilla” por sus investigaciones. En 1985 se le distinguió con la Medalla de Andalucía.

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