Ir a un superconcierto o festival, ¿se ha convertido en un lujo?

Se anuncia ese gran concierto con el que sueñas poder ir. Miras los precios de las entradas y te parecen caras pero es tu artista y es un regalo que vas a hacerte. A los pocos minutos de ponerse en venta, las entradas más baratas se han agotado y las demás son ridículamente caras. ¿Qué es lo que está ocurriendo para que se de este fenómeno con los conciertos multitudinarios que tienen un precio que no estábamos acostumbrados a pagar?

La causa más evidente es el incremento en los costes de producción, de los viajes y en el precio de la energía, a los que se suma la inflación, es decir todo está más caro que hace un año… Pero aún así, la diferencia de precio es demasiado amplia y vamos al meollo, a los famosos gastos de gestión que aplican los portales de venta online y la implantación de los precios dinámicos es decir: los precios de las mejores entradas del recinto, no más de un 10% del aforo, pueden estar sujetos a una variación en función de la demanda. Los precios dinámicos son más frecuentes entre los grupos que tienen una gran masa de fans, y es el artista quien decide si se implanta este sistema o no. La consecuencia es que su precio puede llegar a multiplicarse por 10, y por eso nos encontramos asientos a más de 700 euros que no son de reventa.

Estamos barajando cifras que hace solo cinco años hubieran sido impensables. Aún con estos precios imposibles los festivales y conciertos atraviesan su mejor momento de público, de hecho la demanda de giras y festivales se ha disparado en España (y en el mundo) y a venta de entradas alcanzó su récord de facturación en 2022.

Os preguntareis si estos precios bajarán en breve y la respuesta es un contundente 'No'.