Texto íntegro del Manifiesto "Por un Flamenco de Base"

Las peñas flamencas de Sevilla denuncian el abandono municipal

Redacción 2 julio 2021

"Una pandemia cultural recorre Sevilla, y no es el coronavirus, pero mata más que la Covid. En los últimos años han desaparecido de la faz de esta ciudad entidades flamencas como la Peña Flamenca Niño de la Alfalfa, La Peña Flamenca Pepe Marchena de Torreblanca, la Peña el Manantial, La Peña Pies Plomo, la Peña Manuel Mairena, la Peña del Turrun?uelo, la Peña Niño Ricardo… Podemos seguir y sumar otras como la de Badía, en fin…

Muchas y variadas son las causas que están acabando con el flamenco de base en Sevilla, desde la gentrificación que hace imposible el pago de alquileres en los sitios tradicionales en los que se enclavaban estas entidades, hasta los altos costes de mantenimiento y puesta al día de sus locales para adaptarse a la normativa, sin olvidar el desamparo en que se han movido las peñas flamencas ajenas por completo al interés de los poderes públicos.

En este aspecto la crueldad del abandono por parte de la institución local en la ciudad de Sevilla contrasta con el cariño y la atención que muchos ayuntamientos de otras ciudades andaluzas les profesan a las suyas, por no hablar del mimo con el que muchos ayuntamientos de la provincia ceden a sus peñas flamencas locales, colaboran en sus gastos de mantenimiento y son generosos programando actividades o colaborando en la celebración de los festivales, considerados un puntal importante de la oferta cultural que pone a esos municipios en el mapa y del que obtienen beneficios.

Nada de eso ocurre en Sevilla capital. Aquí han muerto peñas, y siguen muriendo, han desparecido los festivales como el de Bellavista que fueron sen?eros en su día, las entidades flamencas que sobreviven lo hacen ajenas a la atención municipal y algunas han tenido que esperar más de un año para ser recibidas por el distrito en el que están enclavadas. Decimos a ser recibidas, no a ser oídas porque nada obtuvieron de la ansiada visita. Así no se puede seguir.

En Sevilla hace unos días quedaban siete peñas federadas desparramadas por toda la geograí?a de la ciudad (El Chozas, el Carbonerillo, la Fragua, el Cerro, Cantes al Aire, Calixto Sánchez y Torres Macarena) a estas hay que sumarle dos no federadas (Jumoza y Pablo de Olavide) y una, la Toná, que se acaba de constituir para dar vida al flamenco en el Polígono de San Pablo, territorio yermo para el flamenco desde que desapareciera la Peña Manuel Mairena.

Ese es el desolador panorama. Alguna de ellas no tiene ni local, no ya un local para hacer las actividades, no disponen ni de un mísero despachito desde el que gestionar su mínima burocracia. Es el caso de la Tertulia Flamenca Calixto Sánchez, que hace una labor impagable en el gremio de enseñantes y que anda errante, peregrinando, buscando un local en el que asentarse y llevar a cabo sus actividades. Otras, el Cerro, La Fragua de Bellavista, la Toná…, tienen precarios locales cedidos por el Ayuntamiento, que no cubren sus necesidades y que lastran su actividad, algunos de los cuales hay que calificar de chabolismo institucional. Así no se puede seguir.

El presupuesto consolidado del Ayuntamiento de Sevilla para 2021 asciende a más de mil millones de euros. De esa cifra apenas cincuenta mil euros se destinan a las peñas flamencas mediante subvenciones a través del ICAS. De manera que a las peñas, que son agentes culturales que deben llenar de vida y actividad nuestros barrios haciendo visible y transmitiendo ese bien patrimonial de la humanidad que es el flamenco, se le asigna una cantidad ridícula. Para que nos hagamos una idea, a la suma de todas las peñas flamencas se asignan cincuenta mil euros, mientras que para los premios del Festival de Cine, solo para premios, se le consignan 150 mil euros en el presupuesto del ICAS. La cifra dedicada a todas las peñas y entidades flamencas es similar a la que se asigna a eventos como la Monkey Week, Nocturama o Interestelar, actividades respetables que reciben cifras cada una de ellas similares a las asignadas para todas las peñas. Así no se puede seguir.

Pero esa cantidad tampoco llega a las peñas de manera real y efectiva, la mayoría de ese dinero público se pierde por las cañerías y no llega al grifo que ha de regar las actividades de las peñas. El Ayuntamiento de Sevilla se lo asigna mediante un convenio a la Federación Provincial de Peñas Flamencas, que a su vez ofrece actividades a sus asociados en forma de recitales. Las peñas de Sevilla capital apenas han recibido el pasado año un par de recitales en sendos circuitos del programa “Peñas de Guardia” y pare usted de contar. Multiplique eso por ocho peñas federadas que existían el pasado año y verá que el valor total de lo recibido no debe llegar ni a la mitad del dinero efectivo que la Federación recibe, a través del ICAS, del Ayuntamiento de Sevilla.

Por si no fuera bastante, a mayores se deja a las peñas de la capital fuera de los circuitos provinciales financiados por la Diputación o derivados de los programas generales de la Junta de Andalucía. Eso no ha pasado en ninguna capital de provincia andaluza, solo en Sevilla. Así las cosas, no nos podemos extrañar que las peñas flamencas estén desapareciendo de la faz de la Ciudad de Sevilla. Así no podemos seguir.

En el último balance de ingresos y gastos de la Federación Provincial de Peñas de Sevilla se puede observar que las dos únicas instituciones que aportan fondos vía subvención a la Federación Provincial son la Diputación y el Ayuntamiento de Sevilla. Parece ser que en total la Diputación aporta 25 mil euros mientras que el Ayuntamiento de Sevilla aporta el doble, 50 mil euros, la parte del león. Mientras tanto, a las peñas de la capital se les tiene fuera de todos los programas y circuitos excepto un raquitico programa “Peñas de Guardia” que no es ni sombra de lo que fue en su día y sus peñas malviven en la indigencia. Así no podemos seguir.

Hace poco tiempo ha nacido la Unión de Peñas y Entidades Flamencas de la Ciudad de Sevilla para poner coto a tantos desmanes. El despropósito, el desafuero, el desatino que está matando a las peñas flamencas de Sevilla debe revertirse. La cantidad asignada es a todas luces insuficiente, pero lo urgente es que ese dinero y su traducción en actividades debe llegar a las peñas flamencas en su integridad y sin intermediarios. Hace falta poner en marcha un plan de reactivación del flamenco de base en la ciudad de Sevilla que tenga a las peñas como motor.

El Flamenco en Sevilla necesita articular una voz que sirva de contraparte a las instituciones, no para discutir sino para colaborar, para alumbrar, para dar luz, para ofrecer ideas a los que tienen la responsabilidad de gestionar las instituciones.

El Pleno del Ayuntamiento de Sevilla aprobó en noviembre del pasado año la creación de un Consejo Asesor sobre Flamenco. Ese nuevo ente debe ponerse en marcha de manera inmediata. Ahí las peñas flamencas, como sociedad civil que son y como promotoras de cultura, deben vehicular sus propuestas para que sean evaluadas por el bien de la ciudad. Ya hemos ofrecido a la institución local una baraja de medidas algunas de ellas aprobadas incluso por el Ayuntamiento en pleno:

  • Un nomenclátor que ponga en valor los Lugares de Memoria Flamenca de la ciudad.
  • La creación del Consejo Asesor que nada tiene que ver con el de la Bienal.
  • La creación de un Paseo de las Glorias Flamencas o Paseo de la Fama que homenajee en la calle Torneo a los creadores más singulares de este arte y que se debería inaugurar con motivo del Centenario de Antonio este año.
  • Es necesario hablar de la oferta flamenca en los diferentes espacios escénicos de la ciudad y de la creación de un espacio donde la oferta de flamenco en la agenda cultural de la ciudad sea permanente.
  • Hay que hablar de la implicación de la juventud en el hecho flamenco y de la celebración de aniversarios, así como de un Día Mundial del Flamenco que llegue a los institutos y centros docentes.
  • Fortalecer las bases de extensión del flamenco como hecho social, económico, filosófico y cultural de Andalucía supone apostar por el flamenco de base.

Y las peñas nos comprometemos a colaborar con todo eso. Pero para hacerlo necesitamos respirar. Con que no se nos siga matando es suficiente. Porque así no podemos seguir".

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