La ausencia de turistas obliga al cierre definitivo de Casa Patas

La pandemia de coronavirus se cobra uno de los negocios flamencos más conocidos de Madrid. Como ya venían anunciando empresarios, productores y artistas, el frenazo a la actividad del flamenco iba a tener graves repercusiones en su modo de vida. Y los tablaos están en el punto de mira desde el principio. 36 años después de su apertura, Casa Patas cierra al no poder soportar la inactividad generada por la crisis sanitaria. El turismo extranjero se había convertido prácticamente en su único cliente. Sus ingresos, que sostenían a un total de 28 familias, dependían en un 75% de los grupos de turistas internacionales que visitaban nuestro país.

Casa Patas, con más de 300 espectáculos anuales y punto de encuentro para los artistas del género, no era un tablao al uso sino el menos convencional de los tablaos de la capital de España. Desde la época de la Movida madrileña se había convertido en un referente, un centro para las nuevas corrientes flamencas, de Camarón a Miguel Poveda, Diego el Cigala, José Mercé, Paco de Lucía, Joaquín Cortés, Niña Pastori o Tomatito, entre cientos de artistas. Todas las semanas cambiaba la programación flamenca para apoyar a figuras emergentes procedentes de todo el país o para recibir a artistas ya consagrados que regresaban agradecidos al lugar donde se les dio una oportunidad.

A pesar del cierre, la Fundación Casa Patas, una organización sin ánimo de lucro y con fines culturales, mantendrá su actividad de formación de nuevos artistas. En la actualidad cuenta con 200 alumnos en su conservatorio que esperan que se reanuden las actividades tras la conclusión del estado de alarma.