El cantaor, una "rara avis" en la profesión por compaginar el cante con su labor como investigador, escritor y periodista, ultima su próximo disco "Humana Raíz" y trabaja en la tercera edición de su libro "Las voces que no callaron"
El cantaor granadino, Juan Pinilla (Huétor-Tájar, 1981) invita a una profunda reflexión sobre el futuro del flamenco a raíz de la debilidad mostrada como sector económico durante la crisis del Covid-19. En una entrevista para Portal Flamenco, el conocido como “cantaor intelectual” revela que está elaborando un documento con sus propuestas personales para Unión Flamenca. “El nacimiento del sindicato de artistas flamencos es lo mejor que nos ha pasado durante la pandemia”, le dice a Manuel Curao.
Para el también investigador, escritor y periodista, la misión es concienciar a los propios artistas flamencos de la necesidad de estar dados de alta y cotizar. Precisamente, esa desprotección ha impedido que muchos profesionales pudieran acceder a los paquetes de ayudas que se promovieron durante la pandemia.
Pinilla cree que ha llegado el momento de luchar contra el fraude desde dentro y pide a la administración incentivar un cambio de cultura apoyando a los artistas y a las empresas de contratación. Durante la entrevista, el cantaor recuerda que el flamenco y la cultura están protegidos por el Estatuto de Autonomía, la Constitución y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. “No son castillos en el aire. Son derechos reconocidos”, reclama.
El artista, conocido por su compromiso con las causas sociales desde que la noche que ganó la Lámpara Minera dedicara el trofeo a los obreros víctimas de la siniestralidad laboral, se rebela contra la dramática situación que han sufrido muchos profesionales del flamenco durante el confinamiento, que han vivido de la solidaridad prestada por instituciones como Cruz Roja. Confiesa que “hemos visto lo débiles que somos y hay que proponer respuestas inmediatas para no volver a quedarnos desangelados”.
Pinilla cierra el capítulo del coronavirus invitando a revisar la suspensión de festivales como el de La Unión y aplaudiendo la reacción de algunas peñas, como la Federación de Peñas Flamencas de Jaén o la Peña La Platería, de Granada, y otras de distintas provincias, para ayudar a los artistas en este momento de máxima precariedad.
El cantaor-escritor nos descubre su pasión por Rafael Cansinos Assens, escritor sevillano, primo de Rita Hayworth, del que Borges dijo que era su maestro, y nos avanza que trabaja en una tercera edición de su libro "Las voces que no callaron". Reconoce que está “muy motivado, leyendo también a León Tolstói y releyendo muchos libros de flamenco”. Pinilla, que ha incorporado letras de grandes figuras de la literatura y el pensamiento como Nietzsche, Machado, Gerardo Diego, Rimbaud, Baudelaire, Lorca o Saramago, entre otros, explica que “el flamenco no solo es para escuchar sino también para leer y conocer las biografías valientes de quienes dignificaron este arte”.
El cantaor, que en 2014 fue nominado a los premios Grammy Latinos en la categoría de mejor álbum de flamenco por "Jugar con Fuego", terminará ahora su disco "Humana raíz", con el que quiere demostrar su afición por el flamenco, la literatura y la reflexión. Se trata de un trabajo intimista con letras del propio autor, excepto una de Francisco Umbral, dedicada a un hijo fallecido de leucemia. “Se llama Mortal y Rosa, como la obra homónima, y la he hecho por seguiriyas”, nos cuenta.
El disco saldrá adelante gracias a un proceso de “crowdfunding” que le ha permitido su financiación completa, incluidos los videoclips. “Este trabajo muestra mi visión de la sociedad y del flamenco. Es un encuentro con mis mitos flamencos, mi homenaje sonoro a escuelas cantaoras como la de los Pavón y artistas como Chacón”, concluye.