El espacio escénico de Bellavista acoge por primera vez los espectáculos de seis de las compañías de esta nueva edición.
Tras Lali Ayguadé seguirán los espectáculos de Fernando Romero, Florencia Oz & Isidora O’Ryan, Teatro del Velador, Sala Calero y Siberia Danza.
La gran novedad del Festival de Danza de Itálica 2023, organizado por la Diputación de Sevilla, es la incorporación de Cortijo de Cuarto como escenario emblemático por primera vez desde sus inicios. Este lugar se une al icónico Teatro Romano del Conjunto Arqueológico de Itálica en Santiponce, creando una impresionante representación de vanguardia con la participación de destacadas compañías de danza nacional e internacional. En total, seis son los espectáculos que se celebran en este valioso Patrimonio Histórico ubicado en el barrio de Bellavista.
La programación más intimista arrancó el lunes 26 de junio de la mano de ‘Runa’, creado por Lali Ayguadé. Le siguen Fernando Romero, Florencia Oz e Isidora O'Ryan, el Teatro del Velador y la Sala Calero, y finaliza el próximo 13 de julio con Siberia Danza.
El 29 de junio se producirá el estreno absoluto de Fernando Romero, el primer bailaor flamenco en recibir el Premio Benois de la Danza en categoría de intérprete. Bajo el título ‘Estrellas eléctricas aplastadas por el tacón. Picasso Poeta’, el artista se inspira en los métodos de escritura de Pablo Picasso, la faceta menos conocida del pintor. La propuesta se materializa en la palabra, el movimiento, los colores y los gestos, abarcando múltiples perspectivas y recuerdos ligados a nuestra historia reciente. Además, desde el flamenco y la danza se comparte la búsqueda de innovación con la música de Erik Satie, amigo y colaborador de Picasso. En conjunto, se desafían las convenciones temporales y rítmicas, dando lugar a un enfoque con tintes que rozan la ironía y el absurdo.
El día 3 de julio, las dos almas de las mellizas Florencia Oz & Isadora O’Ryan se entrelazan en ‘Antípodas’, una propuesta visual y sensorial, inspiradas en la figura mítica de El Doble, explorando la dualidad y la identidad en escena. Entre cuerdas, voces, gestos y movimientos, este diálogo poético evoca recuerdos y sueños futuros. Cuestiona, desde el amor, los límites donde el yo y el otro se entrelazan.
Y siguiendo con este viaje de sensaciones, llega el día 6 de julio, uno de los principales referentes actuales en la renovación de la danza española y el baile flamenco, Sala Calero con su espectáculo ‘Finitud’. La obra invita a reflexionar sobre la conciencia del ser humano de que la vida es finita, rasgo distintivo respecto al resto de animales, que le otorga sin duda el secreto de la felicidad. Junto a tres músicos excepcionales: la cantaora Gema Caballero -también directora musical del espectáculo-, el guitarrista Javier Conde y el bajista Juanfe Pérez, la que fuera Premio revelación en el Festival de Jerez, y galardonada en el Certamen Coreográfico de Madrid, habla de la risa como lo más auténtico de nuestra experiencia vital, la belleza de los sueños ilimitados frente a esta existencia sentenciada.
Por su parte, el director y coreógrafo Juan Dolores Caballero lidera con maestría la Compañía Teatro del Velador que protagoniza su estreno absoluto el día 10 de julio con el espectáculo ‘Hamvito’, coproducción del Festival. Creatividad inagotable y un estilo en constante evolución, fruto de una visión del mundo única y una poética profunda. Caballero nos invita a adentrarnos en la vida oculta de estos seres, cuyas historias permanecen en silencio, esperando ser descubiertas, a través de escenografías y vestuarios meticulosamente diseñados.
Del misterio de las sombras, Siberia Danza ?dirigida por Paloma Muñoz y ganadora del Bern Dance Award en 2022?, nos traslada a un universo puramente carnal, el próximo 13 de julio, clausurando dicho espacio. ‘La Piel Vacía’ es una obra de danza que explora la piel como límite y medio. A través de la danza, la arquitectura corporal y el diseño espacial, revela algo indescriptible que desafía las palabras, cautivando nuestros sentidos. Con un enfoque técnico y dinámico, el sonido y el vestuario expanden la percepción de las formas. El espacio escénico y la iluminación crean un ambiente único, permitiendo al espectador traspasar la piel y entregarse a sus sentidos.