La OMS incluye los adelgazantes en su listado de medicamentos esenciales
Por su eficacia en la lucha contra la obesidad, una enfermedad que afecta a 1.000 millones de personas.
Expertos urgen a admitir la obesidad como una enfermedad crónica y multifactorial y a financiar los fármacos adelgazantes.
Son los productos más demandados del mercado. La OMS (Organización Mundial de la Salud) acaba de incluir los adelgazantes en su listado de medicamentos esenciales por su eficacia en la lucha contra la obesidad. Eso sí, los expertos recomiendan que siempre sean comprados en farmacias. Hay preocupación porque crece su venta en el mercado negro.
Expertos en obesidad han reivindicado este martes su reconocimiento legal como una enfermedad crónica y multifactorial para lograr la equidad en su abordaje, así como la financiación de los fármacos adelgazantes en la sanidad pública o el aumento de los impuestos de las bebidas azucaradas.
El reconocimiento legal de la obesidad como una enfermedad "permite no solo combatir el estigma, sino también articular una atención continuada, interdisciplinar y centrada en el paciente", resaltan en el informe "El Desigual peso de la Obesidad: el impacto de los Determinantes Sociales de la Salud", de la Fundación Gaspar Casal y Lilly.
Dicho informe se ha presentado justo un día después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitiera una recomendación en favor del uso de tres medicamentos análogos del GLP-1, concebidos originalmente para tratar la diabetes tipo 2, en pacientes con obesidad, una enfermedad que afecta a 1.000 millones de personas pero que podrían duplicarse en apenas cinco años.
Como recuerda, la prevalencia de la obesidad en España es del 37,1% de la población adulta (44,3 % en hombres y 30,4 % en mujeres, según los datos del estudio ENE-COVID), lo que sitúa a nuestro país por encima de la media europea.
Las cifras varían significativamente según la comunidad y esas desigualdades territoriales se replican igualmente en el acceso a recursos para la prevención y tratamiento de la obesidad.
Así, en aquellas con mayor nivel socioeconómico, como Madrid y el País Vasco, "las tasas de obesidad son relativamente más bajas y el acceso a recursos preventivos y atención sanitaria más elevado que en regiones con menor nivel socioeconómico como Extremadura o Andalucía". Estas desigualdades también están marcadas por factores educativos y de acceso a servicios de salud.
Varios factores sociales y económicos lo explican: desigualdades socioeconómicas y de género, la ubicación geográfica, el entorno físico, elementos culturales, laborales, el acceso a servicios de salud y comportamientos no saludables o la soledad no deseada son determinantes que modulan los riesgos de obesidad.
Del análisis se concluye que el abordaje de la obesidad es común en todas las comunidades, pero hay un mayor peso de la población infantil y de la prevención frente al tratamiento; además, algunas no disponen de plan específico, otras lo incluyen en su Plan de Salud general y otras los tienen completamente desactualizados.
El informe se revela como una hoja de ruta para combatir estos determinantes sociales, pero para ello lo primero es "reconocer legalmente la obesidad como una enfermedad crónica y multifactorial constituye un paso clave para garantizar una respuesta estructural desde el sistema sanitario".
"Tal como ya ocurre en países como Italia, el reconocimiento normativo favorece el acceso a tratamientos financiados, la asignación de recursos específicos y el desarrollo de una política nacional coordinada que integre prevención, diagnóstico y tratamiento a lo largo del curso de vida", subraya.
Al contrario que en el Reino Unido o los Estados Unidos, en España, por ahora, los medicamentos adelgazantes no están financiados por la sanidad pública para este cometido -solo lo está Ozempic para diabetes en algunos casos-.
"La inclusión de estos tratamientos en la cartera de servicios del SNS podría mejorar la equidad en el acceso, especialmente en grupos con mayor vulnerabilidad socioeconómica", recalca el estudio, que aboga también por incorporar "otros recursos terapéuticos como nutricionistas, psicólogos y especialistas en ejercicio físico".
Reclaman además una Estrategia Nacional de Atención Integral a la Obesidad, así como acciones de educación, comunicación y cambio cultural y para lograr entornos saludables, aumentando por ejemplo los impuestos de las bebidas azucaradas o mejorando los etiquetados de los productos, entre otras.
