La Cumbre de Madrid se marca el gran objetivo de aislar a Rusia
El primer éxito de la Cumbre llegó antes de su comienzo, con la decisión de aceptar la petición de adhesión de Suecia y Finlandia.
Tras la Cumbre de Madrid, la Alianza Atlántica saldrá reforzada con dos miembros más, Suecia y Finlandia. Fueron 12 países los que la fundaron en 1949 y desde entonces se han ido adhiriendo otros territorios hasta la treintena actual. El primer éxito de la Cumbre llegó antes de su comienzo, con la decisión de aceptar la petición de adhesión de dos países proclives a Occidente pero hasta ahora neutrales y que responden así al temor a Rusia.
Y es que una de las novedades esenciales en la hoja de ruta de la Cumbre es el cambio de estatus de Rusia. Pasa de ser considerado un socio estratégico a ser la principal amenaza para la seguridad de los aliados. A China se le calificará como potencial peligro por su retórica anti-OTAN y sus vínculos con Moscú.
En 1990, un año después de la caída del muro de Berlín, Rusia dominaba la Unión Soviética y seis países aliados del Pacto de Varsovia. Ahora, 32 años después, todos los países del antiguo Pacto de Varsovia están en la OTAN, incluidos tres países que alguna vez fueron parte de la Unión Soviética como Estonia, Letonia y Lituania. Además, tras la invasión de Ucrania, Suecia y Finlandia han pedido unirse a la Alianza y con ello ponen fin a su neutralidad. Esta situación ha contribuido a acrecentar los recelos por parte de Rusia, que ha visto que la OTAN se expande hacia sus fronteras.
Así las cosas, la Cumbre de Madrid tendrá que aclarar el nuevo concepto estratégico tras la invasión rusa de Ucrania que debe pasar por un fortalecimiento como bloque defensivo de la Unión Europea y un incremento de sus capacidades militares.
La Federación rusa ya no es la gran potencia que era. La tecnología juega ahora un papel fundamental y ahí Rusia se queda atrás. Aún así, la OTAN seguirá mirando hacia el Este pendiente de las ansias expansionistas de Putin.
