LA VOZ DE VIGORRA
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El largo confinamiento de padres con niños

Jesús Vigorra da su particular punto de vista sobre los temas de actualidad en La mañana de Andalucía.

JESUS VIGORRA 7 mayo 2020

En este largo encierro -nada más contrario a la vida cuando mayo florece y luce la jacaranda-, hablando con el director de cine Alberto Rodríguez, padre de niños en edad escolar, me dice que lo más difícil de todo ha sido compaginar trabajo y conciliación familiar. O sea, estar a lo suyo y a la vez atender deberes, consultas, desconexiones de Internet, problemas con el ordenador, atasco de la impresora, riñas, carreras, los pies en la mesa, la pelota en el salón y una energía juvenil que rebota con los límites de una casa. Vamos, lo que es un encierro que va para 55 días seguidos.

Imagino a los padres como esos animales de los zoo en cuyas jaulas exhiben un cartel donde se lee "No provoquen la bestia", o "Prohibido dar de comer a los macacos". Los padres confinados con escolares dentro ya no tienen un pase más, y a cada nueva iniciativa de los teóricos de la educación o de los gestores de la crisis del coronavirus, antes se echaban a temblar, y ahora braman en arameo. Ya fue un trago conocer de oídas que el curso no se retomaba, pero peor fue la ilusión que despertó la posible vuelta al cole en Andalucía, para luego definitivamente chocar contra la dura realidad: al cole no volverían. Vino después la salida al paseo y ahora resulta que son las horas de calor y los chaveas no quieren salir porque se achicharran y además porque no pueden jugar con sus amigos; y si los padres fuerzan la situación y arrastran los niños a la calle, se rebelan y dicen "mamá me estás utilizando para tú salir de casa, no hay derecho".

Y para rematar el suplicio solo faltaba la ministra de Educación diciendo que en septiembre solo podrán ir a clase la mitad. Sé de padres que han explotado invocando a Rousseau y el buen salvaje: ¿Para qué tantos deberes si no los van a evaluar? ¿Para qué tantas copias? Porque como se quedaron los libros en las aulas, todo es a fuerza de impresora y no ganan para toner. ¿Por qué esta tortura si al final habrá aprobado general? Y lo peor de todo, aguantar al petulante de turno que, cuando los padres se quejan en el grupo de whatsapp va y suelta: Pero esto nos viene muy bien para fomentar las relaciones de los padres con los hijos...

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