LA VOZ DE VIGORRA
<
LA VOZ DE VIGORRA

El bar de la esquina da la medida de lo aprendido

Jesús Vigorra da su particular punto de vista sobre los temas de actualidad en La mañana de Andalucía.

JESUS VIGORRA 12 mayo 2020

Hablando de la que nos espera cuando el coronavirus nos dé tregua, un amigo, sereno y reposado, me decía que la prueba de lo que seremos la dará el bar de la esquina. Se trata de un bar popular y populoso con cerveza barata y mucho tirón entre todo el espectro social. Abrevan allí los jóvenes por lo barato y los adultos por la costumbre de cuando estaban tiesos. Todos elogian la espumosa del lugar, que es la misma del de enfrente, pero ya saben lo peliculeros que somos los humanos. Mi amigo ponía como referente la taberna, pensando en que la gente tuviera cierto reparo al contacto, temor al barullo, rechazo a beber en un vaso utilizado por otro, aun pasado por el lavavajillas... Su análisis iba por lo constricción, pensando que graduaría el miedo en el comportamiento social.

Lo que él no podía sospechar es lo que pasó en el primer día de apertura en algunos bares castizos de Sevilla, Almería y otras ciudades de Andalucía que fueron cerrados de inmediato por orden gubernativa, empapelados y multados el propietario y la parroquia. Tal vez hayan visto las imágenes de esa bulla, de un tiempo, lejano ya, según recomienda ahora la amenaza del coronavirus. Sospecho que este vídeo de las sevillanas maneras de beber cerveza en la calle se placeará por todas las televisiones pero también se han dado casos de avalanchas en otros lugares de España; Bilbao, donde echaron el cierre ante la imposibilidad de poner orden y respetar las distancia. Lo que quiere decir que aquí lo que de verdad importa es el trago.

Tendrán que pasar días para ver si hemos aprendido algo o no, si somos conscientes de que van más de 26.000 fallecidos en nuestro país por el virus, del lastre económico que deja el país en economía de guerra y del incierto futuro para muchos negocios y empleos. Ante el virus como ante la naturaleza, ante la bonanza y la recesión, ante la barra de un bar o en la cola del supermercado la única idea que vale para mejorar cualquier cosa es la educación. El resto son fuegos artificiales.

ES NOTICIA